Resulta hilarante replicar el subterfugio del señor Santiago Baños en la conferencia previa al último juego de la trilogía del Clásico Joven. El presidente del América reclama que el segundo gol del Cruz Azul, con el que eliminan a su equipo de la Concachampions, no debió contar, porque en una jugada previa el árbitro salvadoreño Cornejo pitó un fuera de juego que no era. “No lloramos, no acostumbramos a poner pretextos”, dice, de entrada, pero… “Te podría dar excusas. No sé si alguien aquí lo oyó de dónde sale el segundo gol (del rival). Viene de Brian (Rodríguez), a quien le marcan fuera de lugar, pero no era. Tendría que ser tiro de esquina y reanudan de un fuera de lugar inexistente”, reprocha entre sollozos.

Y, en efecto. Al minuto 84 el América organiza un contragolpe que termina con Brian y Mier en mano a mano. El portero celeste desvía el remate del americanista y el balón va a córner. Sin embargo, el nazareno centroamericano señala off side y la Máquina reanuda para que un minuto después caiga la segunda anotación cementera, la del triunfo. Aquí basta explicar que el juez de línea sí levanta su banderín al final de la jugada, por lo que en este tipo de acciones el VAR no aplica, porque la jugada no termina en gol. Entonces no había modo de que hubiera revisión para darle un tiro de esquina a las Águilas. ¡Sería el colmo, señor Baños! Aunque, por desgracia, a eso los han acostumbrado, dadas las exhaustivas revisiones y el desmedido uso del video arbitraje ante cualquier nimiedad.

Para colmo de males, el Ave ha perdido altura. Primero porque en el último duelo de la trilogía frente a la Máquina, celebrado el sábado pasado (el de la fecha 15), tampoco supera a su oponente y pierde la serie. En resumen, se le va la Concacaf y también el liderato, ya en poder del Toluca.

Además, acumula cuatro juegos sin victoria, dos de ellos con empates a cero y par de descalabros, para una sola anotación en ese lapso. ¿Preocupa? Quizá no, porque ahora las Águilas tendrán tiempo para recuperar oxígeno y encaminarse a la Liguilla y al tetra. Pero los candidatos al trono aumentan. Hoy no está tan claro como sus pregoneros alardea.