Supuestamente, el máximo organismo que rige el balompié en el mundo entero prohíbe la multipropiedad, situación que no se cumple, ni por asomo, en la LigaMx.

Del mismo modo, los estatutos de FIFA exigen que la Comisión de Árbitros de cada uno de los países afiliados esté integrada exclusivamente por ex silbantes.

Pero, ya ven cómo nos las gastamos en “mexicalpán de las tunas”, de acuerdo al célebre grito de “No me vengan con que la ley es la ley”, aquí, podemos hacer lo que nos plazca, sin que, en la mayoría de las ocasiones, se tengan que soportar las represalias.

Esto viene a cuento; en virtud de que, las autoridades (in) competentes de la FMF, tuvieron la grandiosa idea de nombrar director general del arbitraje a un civil (es decir, que nunca tuvo la dicha de pararse en una cancha portando el silbato en la boca, para impartir justicia).

Dicho honor, recayó en la persona de Juan Manuel Herrero, quien entre su currículo cuenta con la dicha de haber defendido la casaca de las Águilas del América, en la época en que se desempeñó como futbolista.

Al revisar el novedoso organigrama de la comisión de árbitros, nos podemos percatar de que no aparece la figura del presidente; y en su lugar quedó la figura del director del organismo (que, como ya lo mencionamos) no cumple con los requerimientos exigidos por la FIFA.

Además, entre las funciones que ahora desempeñará la mencionada comisión llama mi atención que habla de: “Considerar los pesos y contrapesos para decidir evaluaciones y designaciones arbitrales” ¡Órale!

No saben ustedes cómo me gustaría que me explicaran en qué consistirán esos “pesos y contrapesos”.

También se proponen “asegurar la justicia deportiva en el futbol mexicano”. Luego entonces, se podría pensar que, tácitamente, antes de la llegada de los “salvadores” del arbitraje, no existía la justicia deportiva.

Del mismo modo, afirman que se proponen “promover la claridad y trasparencia en todos los procesos”. De nueva cuenta, queda implícito que en la FMF no existe la claridad y la trasparencia.

Una vez más, quieren dormir al velador, vendiendo humo, tratando de ser “más papistas que el Papa”.

Vamos a ver qué ocurre. Si se violan las disposiciones de FIFA a sabiendas de que “no pasa nada” o si se da marcha atrás con los nombramientos o se modifica el “organigrama” para … “taparle el ojo al macho”.