El pasado sábado fue “un día negro” para el balompié mexicano; toda vez que, tanto la Selección Sub 20 que participaba en el mundial de la especialidad que se celebra en Chile, como la mayor, mordieron el polvo. Los jóvenes ante Argentina y la absoluta, en amistoso, frente a Colombia. Luego entonces, la pregunta que se antoja ineludible, a escasos ocho meses de que inicie la Copa del Mundo, es ¿Ya nos empezamos a preocupar?

Inobjetablemente, los principales culpables de la crisis por la que atraviesa el futbol nacional son los jugadores quienes carecen de la calidad suficiente para convertirse en protagonistas de nuestro querido deporte; sin embargo, me parece que “todos tenemos vela en el entierro”

Me explico, vamos a poner por ejemplo a los medios de comunicación, de repente, nos hacen creer que tenemos un equipazo, que somos invencibles, inflan a los futbolistas, se vuelven “porristas” de la Selección, nos hacen abrigar “falsas esperanzas”. Cualquier jugador que tenga un razonablemente buen desempeño, ya lo quieren mandar a Europa y exigen que se le otorgue una oportunidad en el Tri.

Pero, la cosa no termina ahí, cuando nos encontramos con la triste realidad “voltean bandera” y mágicamente se convierten en los peores detractores del equipo, olvidándose por completo de todos los calificativos superlativos que le dieron previamente a la Selección, queriendo “guisar una parte de la virilidad de los jugadores en chilpachole” y por supuesto, son los primeros que exigen la cabeza del Director Técnico, al más puro estilo de Salomé, en bandeja de plata.

Quizá los peores y sobre quienes recae una buena parte de la responsabilidad son los dueños del balón, porque anteponen los intereses económicos sobre los deportivos, porhijan la mediocridad en la liga local, llenándola de extranjeros de medio pelo, aboliendo el descenso y olvidándose de las fuerzas básicas. De que las palabras “trabajo a largo plazo” las han borrado de su diccionario, luego hablamos.

Los Directores Técnicos que no dan una y también los árbitros para quienes cualquier contacto es sancionable y “caído es falta” acostumbrando a nuestros valientes soldados de cortos pantalones y largos sueldos a irse a la cómoda.

Y finalmente los aficionados que “no cantan mal las rancheras”, “con muy poquito pinole les da tos” y a pesar de los pesares… siguen creyendo en la Selección.