Justo hace unos dias, previo a la celebración del 28 de Diciembre, Día de los Santos Inocentes, nos sorprendió la publicación de la Federación Internacional de Historia y Estadística de Futbol (IFFHS), fundada en Leipzig, Alemania, donde se aventaron la puntada de incluir a Javier Aguirre en el Top Ten de los técnicos a nivel de Selecciones, lista que encabeza el español Luis de la Fuente por amplio margen, escoltado por el también ibérico Roberto Martínez, quien dirige a Portugal, y el argentino Lionel Scaloni.

La inocentada viene a cuenta porque el equipo Tricolor, a cargo del Vasco, suma seis partidos en fila sin ganar (0-0 con Japón, 2-2 ante Corea, 0-4 frente a Colombia,1-1 contra Ecuador, 0-0 con Uruguay y el tropiezo de 1-2 ante Paraguay). La última victoria de México fue a mediados de 2025 en la final de la Copa Oro contra el representativo ‘B’ de Estados Unidos (entre los ausentes debemos citar a Christian Pulisic y a Weston McKennie) en el NRG Stadium de Houston, lo cual hace incomprensible que le den el décimo sitio del orbe a unos cuantos días del nacimiento de 2026.

Ya desde antes, no sé si maliciosamente, lo habían incluido entre los candidatos al premio The Best , como aspirante a mejor entrenador del planeta, el cual terminó por ganar Luis Enrique, del PSG. La justificación para candidatear a Javier no sólo fue por llevarse la Copa Oro, sino porque los verdes también conquistaron la Concacaf Nations League a costa de Panamá, trofeos patito pero que tienen un carácter oficial, no así la pléyade de amistosos en los que parecen no dar una frente a oponentes que están por debajo del ranking de los mexicanos.

Por cierto, también debemos de considerar como una broma el lugar 15 que generosamente nos otorga la FIFA. Paraguay fue nuestro último victimario y ocupa el sitio 39, mientras que Colombia está apenas dos escalones arriba de México y con autoridad nos goleó hace un par de meses. Así, lo único bueno, previo al año Mundialista, es que al menos hay títulos nobiliarios para el Vasco y su Selección, sin que debamos confundirnos con las gastadas guasas por el Día de los Santos Inocentes.