Hace unas semanas, los Pumas anunciaron con bombo y platillo la contratación de Dani Alves, luego de que el astro brasileño se estuviera haciendo de rogar antes de darle el sí a la escuadra universitaria. La gran familia del futbol festejó la flamante contratación afirmando que se trataba del fichaje más importante en la historia del balompié mexicano.

Nadie puede negar el palmarés de Dani, baste mencionar que se trata del futbolista que más títulos ha cosechado, en el mundo entero, a lo largo de su brillante y fructífera carrera. Solamente le faltaría ganar la Copa del Mundo; sin embargo, desafortunadamente su historial no juega.

Tampoco existe alguien que pueda negar su calidad; pero, a sus 39 años, en mi opinión, no es jugador para Pumas. Desde que llegó, el equipo representativo de nuestra máxima casa de estudios juega con 10 hombres. Yo hubiera invertido esa millonada en las fuerzas básicas.

Por principio de cuentas, nunca ha sido un goleador, ni un mariscal de campo que se eche al equipo al hombro. Ha sido un lateral derecho que en mucho ha contribuido al rendimiento de los equipos en los que se ha desempeñado.

Ahora, el director técnico Andrés Lillini lo ha puesto en la cintura, que dicho sea de paso no es su posición natural. Los mediocampistas son el alma del equipo.
El sello de la casa Pumas es: la entrega, la garra, el desgaste físico, la movilidad, tratar de recuperar pronto el balón, el dos a uno en la marca. Todos atacan y todos defienden. Desafortunadamente Alves no cumple con el perfil. Lento, fuera de forma, entregando una gran cantidad de balones en la salida, perdiendo la marca, sin establecer diferencia.

Para acabarla de amolar, con el actual plantel, “se han juntado el hambre con las ganas de comer”. Me refiero a que, no puede haber tantos “artesanos” y tan pocos obreros. Salvio, Del Prete y Dinenno no marcan ni su teléfono celular. En Pumas todos, absolutamente todos, deben de: correr, desgastarse y luchar por la tenencia del balón.

El argentino Nicolás Freire, en la defensa central, hace mucha agua y no está “ni para amarrarle las agujetas” a Darío Verón. Y a los brasileños: Higor Meritao y Diogo De Oliveira, de plano, los engañó la gitana.

A Dani Alves no lo van a tener de suplente calentando el ocote, por eso, la única solución que le veo es que intenten ponerlo de lateral derecho, a ver si con eso logran … que mejore el desempeño del equipo.