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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

24, septiembre 2024 - 6:00

No supo defender su jerarquía

En esta ocasión, estimados lectores de El Diario de los Deportistas, me voy a tomar la libertad de comentar para ustedes mi opinión respecto al trato que le ha dado la H. Comisión de Árbitros al caso de Marco Antonio el “Gato” Ortiz.

Como bien recordarán, en la fecha cinco, agonizaba la primera parte del Mazatlán vs Pachuca, cuando el silbante decidió expulsar, de manera polémica, a José Rondón del Pachuca, quien, efectivamente, golpeó en la cabeza a su adversario; pero, todo indica que fue de manera fortuita y accidental, como consecuencia de la acción de juego.

De forma inmediata, también le mostró la tarjeta roja a Gustavo Cabral, quien le reclamó airadamente, incluso existiendo un “contacto” entre ambos, dejando a los Tuzos con 9 hombres.
Aparentemente la actitud calificada por muchos como “prepotente” del colegiado no fue del agrado de la superioridad o al menos así lo demuestra el hecho de que el juez no fue tomado en cuenta para participar ni en la fecha 6, ni en la 7 y tampoco en la ocho.

Para acabarla de amolar, se filtró a la prensa la versión de que Marco Antonio había sido “enviado al psicólogo” por parte de la Comisión de Árbitros, para recibir ayuda profesional.

“MI fuente” afirma que no fue así; de modo que, me parecería mandatorio que la cúpula arbitral emitiera un desmentido; ya sea, de motu propio o a petición del nazareno aludido; digo “el que calla otorga”. Y en caso de ser cierto “la ropa sucia se lava en casa”.

En el colmo de los males, para “reaparecer” al gato, luego de tres jornadas de suspensión, tuvieron la feliz ocurrencia de designarlo como cuarto oficial (o árbitro suplente) para el Pumas vs Xolos, de la jornada 9, lo que me parece una absoluta falta de respeto para la categoría de un referee de FIFA.

Por un lado, lo expusieron a que se presentara algún altercado con los estrategas: Gustavo Lema o Juan Carlos Osorio, lo que hubiera agravado la situación y por el otro lo “exhibieron” al hacer parecer que se trataba de una parte de su “castigo”, digo, para que escarmentara bien.

Si yo hubiera estado en su lugar: 1) hubiera exigido un desmentido con la cuestión del Psicólogo 2) Pediría que me reaparecieran, cuando ellos lo decidieran (luego de 3, 4, 5 o 6 partidos de suspensión); pero, ¡Como árbitro central! (ya después, los que quieran de cuarto oficial).

¿Qué va a pasar ahora que vuelva a las canchas y un futbolista o cuerpo técnico le haga una mímica, a manera de burla, afirmando que “está loco”? … no supo defender su jerarquía.