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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

13, septiembre 2024 - 6:00

No otorgarle el beneficio de la duda

Hay momentos en los cuales ya no sé: si llorar, reír o materialmente ponerme a rezar. Y esto me ocurrió al enterarme que el ex clavadista mexicano Romel Pacheco se convertirá en el nuevo titular de la CONADE en la próxima administración gubernamental.

De inmediato surge la pregunta ¿Cuáles son los méritos de don Romel para ocupar tan digno cargo?

Pero, principiemos por poner palabras principiadas por “P”. Pacheco participó en cuatro Juegos Olímpicos: en Atenas 2004 (lugar 10), Beijing 2008 (lugar 8), Londres 2012 (no se calificó), Río de Janeiro 2016 (lugar 7) y Tokio 2020 (lugar 6).

¿Cuánto dinero nos costó?, y digo nos costó porque toda su formación fue “patrocinada” con nuestros impuestos. Y no me digan que no tuvo apoyo. Contó con: financiamiento, instalaciones, becas, fogueo, viajes, entrenadores, nutriólogos, psicólogos, metodistas y “espiritistas”.

Lo que llama mi atención es que, luego de una discreta participación, a su regreso de Japón, haya sido recibido como un héroe nacional.

Si bien es cierto que logró una medalla de oro en el Mundial de Clavados y que participó con éxito en Juegos Panamericanos, su trayectoria como deportista me parece medianita.

Además, lo considero un personaje convenenciero y oportunista (como ustedes prefieran llamarle) quien ha cambiado de partido político como quien “cambia de calzones”.

Primero, era del PRI, después, acomodaticio, se coludió con el PAN, ostentándose abiertamente como “blanquiazul”, “vendiendo” sus convicciones al mejor postor, para terminar, “prostituyéndose camaleónicamente”, hipotecando la dignidad al convertirse, en el 2023, en integrante de Morena, “buscando su lugar en el arrancadero”; digo, así ¿O más “chapulinero”?

La historia nos ha demostrado que el haber sido un “deportista sobresaliente” (que, pienso, no es el caso) no te convierte en automático, en un directivo: eficiente, productivo y honesto. O, al menos, así lo atestiguan pasadas administraciones de exatletas o exfutbolistas cuyos nombres no deseo mencionar.

Pero, “viva la trasformación”, Bajo el conjuro de las palabras: “No somos iguales”, como por arte de magia todo “ya es diferente”; tanto así que, la gestión de Ana Guevara resulta que fue “impoluta” (o será que “tienen otros datos”).

“Un nuevo horizonte se asoma en el dintel de la ventana deportiva nacional”. A pesar de todos los recortes presupuestales, el deporte mexicano cubrirá de gloria el “honor nacional”, desterrando para siempre la sombra de la corrupción que por años le ha acompañado.

Permítanme, estimados lectores del Diario de los Deportistas, a Romel Pacheco… no otorgarle el beneficio de la duda.