Las Águilas del América anunciaron con bombo y platillo la flamante contratación del extremo izquierdo francés Allan Saint-Maximin y muchas de las esperanzas para que retomen el vuelo están puestas sobre él.

El atacante llega con sus 28 años de edad proveniente del Al-Ahli de Arabia Saudita, ha militado en equipos de la talla de: Saint Étienne, Hanover 96, Newcastle United, Nice, Mónaco, Fenerbache y los de Coapa tuvieron que perderle el amor a 10 millones de billetes verdes para hacerse de sus servicios. Se habla de que firmará un contrato de cuatro años.

Una de las grandes interrogantes es el ¿Por qué no echa huesos viejos con los clubes en que ha sido fichado?, cambia de equipo como de calzones.

Para acabarla de amolar el estratega portugués José Mourinho lo puso “como lazo de cochino” lo que sonó a una advertencia para el América al referirse al paso del francés por el futbol turco: “En los últimos tres meses jamás lo he visto entrenar cuatro días seguidos al mismo nivel que el de sus compañeros. Si no entrena bien, llega tarde, tiene sobrepeso, necesita ascensor para subir porque se cansa muy rápido subiendo las escaleras” ¡Tómala!

Será cuestión de “darle el beneficio de la duda”; sin embargo, no sé ustedes, estimados lectores de El Diario de los Deportistas, a mí con inusitada frecuencia me queda la impresión de que “nos siguen cambiando espejitos por oro”.

Y díganme si no, ahí tenemos el caso de los Pumas (mis queridísimos Pumas) que presumieron la contratación de Aaron Ramsey, “fino mediocampista” traído directamente del balompié británico; pero, que llegó lesionado ¡Háganme ustedes el favor! No tuvo actividad en las tres primeras jornadas, tampoco en la Leagues Cup y no se ve para cuándo pueda hacer su debut enfundado en la casaca azul y oro.

Opino que la escuadra estudiantil no debería de contratar a un jugador con 34 años de edad, sobre todo si están enterados que, en el último año, el angelito solamente disputó 13 partidos; es decir, estaba ya prácticamente retirado. Esta situación viola flagrantemente el espíritu universitario de jugar con canteranos.

A lo largo de su carrera jugó en equipos de prosapia como el Arsenal de Inglaterra y la Juventus de Turín en el balompié italiano; pero, en 542 partidos solamente logro anotar 79 goles; es decir, marca un tanto casi cada 7 encuentros … “No me eche inglés”.