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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

16, diciembre 2025 - 6:00

No fue quien ejecutó los penales

Una vez más quedó demostrado y con creces, que los árbitros son las verdaderas estrellas del balompié mexicano. Esto viene a cuento debido a lo ocurrido en la gran final del Apertura 2025 en donde los Diablos Rojos del Toluca derrotaron a los Tigres de la Universidad de Nuevo León, mediante la ejecución de los fatídicos tiros desde los once metros para definir un ganador.

Escapa a mi entendimiento que luego de un gran partido se hable más del arbitraje de nuestro mundialista César Arturo Ramos Palazuelos que de futbol; sobre todo, tomando en cuenta que hay mucha tela de donde cortar balompédicamente hablando y el silbante, desde mi punto de vista, salió con banderas desplegadas del compromiso.

Para calificar el desempeño de un colegiado es menester indispensable tomar en cuenta la dificultad del partido y en el caso que hoy nos ocupa, se trató en un duelo “saca la pistola”, con jugadas apretadas y polémicas, con futbolistas fingiendo ser fauleados, haciéndose los lesionados, perdiendo tiempo en forma deliberada y tratando de engañar al juez.

A pesar de ello el “Nazareno” en turno se prodigó dándole continuidad al juego, absteniéndose de tijeretear el duelo señalando faltas insignificantes o dudosas. Se cansó de aplicar la ventaja, se mostró sobrio y con mucha personalidad, sin caer en provocaciones, poniendo toda su experiencia al servicio del futbol; digo, dos Copas del Mundo y diez finales lo respaldan.

Los Tigres se quejan de que “les perdonó dos tarjetas rojas a los choriceros”; mientras que el Toluca exigía la marcación de dos penas máximas a su favor. Ciertamente se trató de cuatro acciones polémicas; sin embargo, en mi opinión todas fueron juzgadas con atingencia y magnanimidad.

Pero, cuando verdaderamente ya no sé si llorar, reír o ponerme a rezar es cuando escucho a algunos “expertos” afirmar que “robaron a los Tigres” ¡Ah, caray!, si no mal recuerdo los del norte fallaron: no uno, ni dos, tampoco tres; erraron cuatro penales en la serie definitoria. Vamos a suponer que fueron perjudicados por los de negro durante el encuentro; pues, en sus botines tenían las herramientas para “hacer justicia”; pero, “les agarró la mano el chango” y se achicaron.

Bueno sería recordarle a todos aquellos que quieren encontrar en el arbitraje el paño de lágrimas en donde desfogar su frustración que César Arturo Ramos Palzuelos … no fue quien ejecutó los penales.

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