Sangre caliente

En días recientes, Marco Antonio Barrera y Érik “Terrible” Morales abordaron en su canal de YouTube el tema de la ácida rivalidad que sostuvieron durante muchos años y la cual se generó en una cascarita de futbol en el Centro Ceremonial Otomí. Ese sería el combustible que originó una de las trilogías más famosas de todos los tiempos y necesitaron pasar incontables calendarios para que, más que nada por la amistad que nació entre las esposas de ambos, sobreviniera una reconciliación que se veía remota.

Una animosidad muy parecida es la que se dio entre Tyson “Rey Gitano” Fury y Deontay “Bombardero de Bronce” Wilder, aunque la nobleza del gigante británico afloró al acudir a la esquina del estadounidense, concluida de manera dramática la guerra que cerró su trilogía por la corona universal pesada del WBC, solamente para ser rechazado por el norteamericano en su intento de chocar las manos.

Aunque Fury, al igual que Wilder, parecen no pertenecer a este mundo porque es difícil concebir que el sábado anterior pudieran combatir 11 asaltos de enardecidos intercambios que arrojaron momentos electrizantes una y otra vez, ante un público extasiado y jubiloso que llenó la Arena T-Mobile de Las Vegas, finalmente se trata de seres humanos. Wilder comprobó que la sangre puede encenderse y cegar, al calor de la frustración.

La mayoría considera a Fury como el genuino rey de peso pesado, no obstante la presencia del ucraniano Oleksandr Usyk, quien le arrebató las fajas de la WBO, la IBF y la WBA a Anthony Joshua para echar por tierra un largamente esperado choque de británicos en la gran división.

Cuando la mente se enfría y se escuchan los consejos, puede venir la etapa de recapacitación. Shelly Finkel, co-mánager de Deontay, aseguró a BoxingScene.com que su representado respeta a Fury y que le daría un abrazo en un nuevo encuentro abajo del ring. “Pienso que su mente (de Wilder) no estaba ahí”, declaró Finkel, y agregó que Wilder se fracturó la mano derecha, atrás del tercer nudillo, en los rounds intermedios. Agregó que, alrededor del tercer giro, Deontay recibió un mazazo en una oreja y desde ahí su equilibrio no fue el mismo. Según Shelly Finkel, Wilder sangraba por ese oído al terminar la reyerta.

Es imposible evitar las comparaciones. Muhammad Alí vs. Joe Frazier parecía una inigualable trilogía en peso pesado, pero es imposible no pensar que, quizá, Fury vs. Wilder podría ser la más grande.