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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

Fecha

22, marzo 2025 - 4:33

Los quemarán en leña verde

Vivimos en un país en donde no existe la mesura, ni para la crítica ni para el elogio; así, la Selección Nacional de Futbol no podría escapar a este fenómeno. Antes, durante y después del partido en el que México derrotó al son de dos goles por cero a su “similar” de Canadá, en las semifinales de la Nations League, se acuñaron una serie de frases y afirmaciones, las cuales me tomaré la libertad de reproducir para ustedes, estimados lectores de El Diario de los Deportistas.

Al proporcionar las alineaciones, en la pantalla chica se pudo escuchar: “Alexis Vega, quien anda hecho un avión”, sí Chucha, digo, los 54 minutos que estuvo en la cancha, confirman que se trató de una falaz afirmación.

Al caer el primer gol para los nuestros, a los 49 segundos de iniciado el duelo, se pudo escuchar: “Fue una grandiosa jugada”. ¿Perdón?, hasta donde yo pude observar, se trató de un rebote fortuito bien aprovechado por el ariete nacional Raúl Jiménez.

El gol tempranero le dio cauce al partido, para que el Tri se replegara y dejara toda la iniciativa a la escuadra de la hoja de maple.

Al minuto 8 ocurrió una acción dentro del área Azteca que bien pudo ser señalada con la pena máxima que, inexplicablemente no fue revisada por el VAR, beneficiando a los nuestros.
Canadá dominó el encuentro; sin embargo, no tuvo llegada y nunca creó una ocasión manifiesta de gol, baste mencionar que solamente realizó un disparo al marco enemigo durante los 90 minutos.

Mientras tanto, México creó las mejores oportunidades, encontró el segundo gol merced a un tiro libre ejecutado por Raúl Jiménez que, desde mi óptica, contó con la complicidad del Cancerbero adversario; digo, sin pretender demeritar la excelencia del disparo, pienso que no se lo habría metido a un arquero de prosapia.
Fue un partido muy ríspido en el que se señalaron 43 faltas (22 de Canadá y 21 de México).

No es un asunto menor que Luis Malagón, bajo los palos, se haya mostrado nervioso e impreciso en las salidas, lo que casi nos cuesta un gol.
Como colofón al “heroico” triunfo azteca, en los programas de análisis se pudo escuchar: “Partidazo de México ante un gran rival que le exigió muchísimo”. Y uno más: “califico el rendimiento de México de extraordinario”.

 

Lo malo es que, esos mismo “porristas”, cuando vengan las derrotas … los quemarán en leña verde.