El otro día, mientras platicaba con mi papá sobre el buen Mundial que hizo la Selección Sub-20, me preguntó sobre el porqué, cuando los jugadores crecen, de pronto se pierden. Me sorprendió tanto su pregunta como mi respuesta, primero porque estoy seguro que mi papá sabe mucho más de la vida que yo, y segundo porque respondí como si en realidad supiera los motivos que llevan a una generación a perderse por completo.

Con una seguridad inusitada le dije que era por el dinero y la fiesta. Los grandes contratos a los que acceden una vez que firman con los equipos de Primera División suponen una tentación difícil de manejar. Se han conocido infinidad de historias de jugadores talentosos que terminan en las redes de los vicios. Lo cierto es que apenas lo dije, sentí que había caído en un lugar común. Muchas vidas se pierden en eso, pero no necesariamente es la única razón.

Los resultados nos han permitido sentirnos buenos cuando hablamos de categorías inferiores. La certeza de que en algún momento de las carreras de los futbolistas pueden competir contra quien sea. Los triunfos de la Sub-17 y el atrevimiento que mostró la Sub-20, aunque al final no se pudiera mantener el nivel ante Argentina, alimentan la esperanza del futuro. En un futbol como el nuestro, el recuperar la ilusión ya es mucho.

Lejos de los comentarios frustrados, que nunca faltan, resulta apasionante la manera en la que los aficionados nos enganchamos de inmediato con selecciones como esas. El advertir futbolistas como Mora, o Fimbres, o Montiel, o el Chicha, o varios más, renueva la esperanza en un futbol que poco a poco se iba quedando sin figuras.

La pregunta de mi papá, sin embargo, es legítima. ¿Qué pasa en el camino que las generaciones que pintaban para hacer historia de pronto se pierden? No solo tiene que ver con las tentaciones, sino también con el rodaje, con la ambición de querer ser mejores, con decirle que no a la comodidad de jugar en la liga local e intentarlo lejos, por más que el entorno sea más complejo. El talento no desaparece, solo se conforma.