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Ida y vuelta. José Ángel Rueda
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José Ángel Rueda

3, septiembre 2025 - 6:00

La NFL

Hay un sentimiento que solamente los aficionados a la NFL pueden experimentar, y es aquel que transcurre de febrero a septiembre. La nostalgia que produce la ausencia de futbol americano supone una de las emociones más difíciles de explicar, porque no parece ser tan grave que un deporte entre en una pausa incluso necesaria, pero no es fácil sobrellevarla.

El tiempo que pasa desde el final del Super Bowl hasta el esperado día del kickoff se alimenta de pequeñas dosis de futbol americano. El draft, la agencia libre, la revelación del calendario, con sus creativas formas, los campos de entrenamiento y finalmente la pretemporada aligeran la espera, pero nada se compara con la alegría del inicio.

Aunque para cada uno la sensación de la espera previa al partido inaugural es distinta, a mí, por ejemplo, me gusta compararla con la llegada de la Navidad. El año transcurre en la más absoluta monotonía cuando de pronto se acerca la fecha esperada y en el estómago uno siente algo parecido a un hueco.

Aquello parecido al nervio es la forma que encontramos para sentir la emoción antes referida, algo mucho más profundo que sí tiene que ver con lo que tanto esperamos, pero también con todo aquello que lo rodea.

Si la Navidad supone esa época del olor de la cena, el inconfundible ruido de las reuniones familiares, el brillo de los bellos días invernales, la NFL tiene sus cosas parecidas. Conforme la temporada avanza, comienza el otoño y luego llega el invierno, las fiestas patrias, el pan de muerto y, finalmente, la Navidad. Los partidos de futbol americano acompañan nuestra versión más cotidiana, en las pláticas con los amigos los jueves, los domingos y los lunes.

A pesar de que la temporada siempre comienza con expectativas en algunos equipos, lo bonito de esta liga son las sorpresas que de vez en cuando ofrece. Los equipos que el año anterior estuvieron condenados a las marcas menos favorecidas encuentran diversas formas de volver.

De vez en cuando, también, se montan las grandes dinastías y la NFL se vuelve algo predecible, pero aun en ese panorama monótono caben las grandes hazañas y las grandes sorpresas.

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