Recién el sábado la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol extendió un comunicado para notificar sanciones contra un jugador del Correcaminos, de la Liga de Expansión MX, además de seis elementos del Real Apodaca, de la llamada Liga Premier.

El tema va relacionado con las apuestas, de ahí que la FMF ofrezca coadyuvar con las autoridades, en caso de ser requerida, así como de mantener al tanto a la misma FIFA. Se aplicaron sanciones que dejan fuera del juego a los futbolistas que participaron en el delito, sin siquiera mencionarlos, por la presunción de inocencia a la que tienen derecho, aún cuando los chavos hayan admitido su culpa ante el organismo balompédico.

Frente a esto, la Liga MX permanece como si nada ante el evidente olvido hacia las referidas ligas, por lo que ahora resulta que, en conclusión, hasta parece benéfica la desaparición del ascenso-descenso. En el mismo sentido, nuestro querido deporte de las patadas aparenta seguir ileso, pese a las reiteradas críticas hacia la multipropiedad o de no contar con una Femexfut y una Liga MX ajenas a los dueños (lo cual genera un perenne sospechosismo), al tiempo convivir con las casas de apuestas, las cuales también participan activamente como propietarias de equipos, sin que ello signifique cuestionamiento alguno.

Qué bueno que México conserva el juego limpio de raíz (quiero creer), apartado de la abyecta mafia kafkiana, por lo que resulta plausible que sofoque los pequeños escándalos que atañen al futbol, que a la fecha hoy sólo se ensucia por las barridas en la cancha, mas no fuera del sagrado rectángulo al que representa con dignidad y decoro. Gracias, amigos directivos, por eso la FIFA los ha escogido para organizar un nuevo Mundial en nuestro país. Porque sabe de lo que están hechos.

Y que así permanezca, porque más vale que nos desprecien por los ridículos que a diario cometen los desatinados futbolistas, antes que ser tipificados como tramposos o malintencionados. Más les vale…