WATERLOO

Lo que es la vida. Hace 22 años Mario Carrillo tuvo su Waterloo en el estadio Luis Franzini, en Montevideo, cuando Cruz Azul visitó al Fénix de Uruguay dentro de la Copa Libertadores. El entonces estratega de La Máquina vivió un drama muy parecido al que experimentó Nicolas Larcamón el jueves pasado en el Lumen Field de Seattle. La derrota de 6-1 contra la modesta escuadra charrúa, una de las más ruidosas en la historia del cruzazulismo, sacudió al Capello mexicano.

El estratega contaba en aquel momento con una oncena de respeto, conformada por figuras de la época como el portero Óscar Conejo Pérez o los atacantes Sebastián Loco Abreu y el Gatillero Juan Francisco Palencia, por citar algunos, pese a lo cual la raspadura resultó tan abrumadora que a su regreso de Sudamérica, en marzo de 2003, Mario Carrillo fue despedido y no conforme con ello la directiva anunció la rescisión del contrato de todos los jugadores del primer equipo, además de que el Club optó por renegociar con bonos por resultados.

Coincidentemente, concluido el 7-0 del Seattle Sounders sobre los cementeros, Capello Carrillo formaba parte de la mesa de analistas de una cadena televisiva para comentar lo sucedido en el partido de la Leagues Cup en territorio estadounidense. Curiosamente nadie sacó al recuerdo lo sucedido un par de décadas atrás y cuando tocó su turno, mesurado, el experimentado técnico adoptó un rol de perdonavidas con Larcamón.

Y aunque el aparatoso traspié de los maquinistas en gringolandia quizá no arroje consecuencias tan extremas como en el pasado, es un hecho de que el principal responsable es el estratega argentino, apadrinado por el charrúa Iván Alonso, en su rol de director deportivo de los maquinistas, aunque hay que decir que opera mejor como promotor, tanto así que por eso bajó del camión azul a su paisano Vicente Sánchez sin lógica alguna, al tiempo de que mantiene la exigencia de contratar refuerzos en ataque, cuando las necesidades apuntan principalmente a la frágil defensiva y a su portero Kevin Mier, a quien ya se le juntaron las pulgas…