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Ida y vuelta. José Ángel Rueda
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José Ángel Rueda

9, julio 2025 - 6:00

Gilberto Mora

De vez en cuando, en el futbol y en el deporte en general, surgen jóvenes capaces de desatar la ilusión. Es un fenómeno complejo, porque a su corta edad es tan poco lo que podemos saber de ellos, que la mayoría de los juicios que hacemos corresponden al mundo de la imaginación, proyecciones futuras que no sabemos si se cumplirán, incluso lo más normal es que no, pero en estos casos eso es lo de menos. Ahí radica la magia de estos fenómenos. Por eso llaman tanto la atención y por eso nos gustan tanto.

Van días que el nombre de Gilberto Mora ocupa un lugar especial en nuestras conversaciones. El futbolista de 16 años debutó en la Selección Mexicana y su presencia se notó de inmediato, no solo por su edad, sino también por su impacto inmediato en la cancha. El mediocampista de los Xolos corresponde a esa clase de futbolistas que dominan el tiempo. Una extraña cualidad reservada para los jugadores diferentes, capaces de inventar el juego en su particular cambio de ritmo. Junto a lo futbolístico, el joven suele llegar a las concentraciones metido en el particular mundo de sus audífonos, sonríe poco, pero dentro del campo el escenario no le pesa en lo absoluto, ni siquiera porque su cuerpo no ha terminado de crecer. La juventud de Mora da lugar a la pregunta más importante de todas: ¿Si esto hace ahorita, qué no podrá hacer después?

El joven futbolista ha dado cierta esperanza a los aficionados de la Selección Mexicana, la certeza ineludible de que después de todo el futuro no es tan malo como parece. En un país que ha sido dos veces campeón mundial sub-17, nada había sido tan triste como vernos sin esperanza, ver que las generaciones pasaban sin que un jugador pudiera estar a la altura de nuestros sueños.

No sabemos qué le deparará el futuro a Gilberto Mora, ni si llegará a ser ese jugador que todos queremos. Lo cierto es que a su edad le basta para cumplir dentro del campo y generar lo único que puede con sus 16 años a cuestas: la ilusión de un futbolista que a su corta edad parece estar preparado para lo que la realidad le impone.

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