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Gachupineando. Carlos Ruíz Villasuso
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Carlos Ruiz Villasuso

6, octubre 2020 - 7:26

Gachupineando

Enhorabuena, Tlaxcala

El Gobierno de Tlaxcala, el estado más diminuto de México y el de mayor historia ganadera, ha logrado que su Gobierno declare a las ganaderías de bravo como “reserva ecológica”. Es curioso o una paradoja histórica. Ha sido un estado mexicano quien  logre este hito histórico y además, ha sido un estado tantas veces acusado de españolismo por eso tan lejano de Cortés y Los Tlaxcaltecas.

En cualquier caso, se trata de una avanzada, de una jugada de ajedrez que ubica al Rey, el toro,  en su lugar natural, el espectro de lo ecológico y del medio ambiente en un mundo necesitado de cultura “verde”. Los primeros ecologistas del mundo han sido los ganaderos de bravo, capaces de sostener un medio ambiente por siglos, intacto, sostenible, rico en todos los recursos naturales de fauna y flora.

Y ese es el camino. El camino del toro bravo es hallar su lugar de privilegio en las políticas medioambientales.  Es hora de que el toro sea reconocido como lo que es y lo que aporta, reconocida su función de siglos. De sobra entendido de que el falso ecologismo (animalismo) sea derrotado con el gran y real argumento de la ganadería de toros bravos.

Las políticas de futuro atenderán, cada vez más, a los recursos naturales de cada país. Es uan paradoja una lección que sea México quien logre un status histórico para el toro bravo teniendo España ya carteras ministeriales en el Gobierno y en las Comunidades (como los Estados en México) de medio ambiente, ecología, transición ecológica. Cada vez más los gobiernos dedicarán dinero y presupuestos para una cultura de lo “verde”.

Mi enhorabuena a México, a sus ganaderos, a los hombres y mujeres de ese estado de Tlaxcala. Porque han mostrado que se pude, que los que hemos dedicado parte de nuestra vida a poner en valor el discurso ecológico del toro (en mundotoro desde hace dos décadas) teníamos razón. Aquí en España andan aún creyendo que a la vaca la va a salvar Picasso y esas cosas de la cultura. ¿Cultura? Pero, hombre, a quien le importa Siqueiros. A las nuevas generaciones le importa la ecología.