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Somos Versus
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Somos Versus

26, junio 2025 - 6:00

El Orgullo transforma canchas y vidas

Junio es el mes del orgullo, del “Pride”. Un mes donde nos enfocamos en celebrar la diversidad, visibilizar las luchas LGBTIQ+ y recordar que el amor, la identidad y la libertad no deberían ser motivo de vivir con miedo ni en un estado permanente de discriminación.

Hay formas de ser que al mundo todavía le incomodan. Miradas que se desvían, gestos que se apagan, puertas que se cierran sin decir nada. A veces, la verdadera libertad no está en gritarlo todo, sino en dejar de esconderse. Hay cuerpos que aprendieron a moverse con cuidado, voces entrenadas para no incomodar, identidades que se han vuelto invisibles para poder estar. Y sin embargo, cada vez que alguien decide vivir en autenticidad, rompe un silencio que nunca debió ser la norma.

Pero lo cierto es que para muchas personas, incluso en espacios donde se habla de valentía, coraje, pasión y comunidad, como el deporte, ser auténticos continúa siendo una batalla constante. Mientras afuera hay marchas y banderas arcoíris, en canchas, vestidores y transmisiones deportivas, “salir del clóset” sigue siendo una decisión y una experiencia condicionada a estar cargada de riesgos. De acuerdo con OutSports, hasta 2023, menos de 20 futbolistas profesionales hombres se han declarado abiertamente homosexuales a nivel mundial.

Las dinámicas que vemos en el deporte han sido muchas veces un reflejo de lo que somos como sociedad, con sus prejuicios, sus límites y sus miedos. Pero también tiene el poder de transformar narrativas, de abrir conversaciones, de romper moldes y redefinir conceptos. Participar en la industria deportiva automáticamente ofrece una plataforma pública, y cuando atletas se muestran tal cual son, dan fuerza para que alguien más se imagine libre y en acompañamiento.

La representación importa porque salva vidas. Visibilizar la diversidad importa porque cuando ves tu reflejo en una cancha, o frente a una cámara, puedes dejar de sentirte en soledad y aislamiento de una parte tan crucial de la existencia como lo es la identidad. Hay equipos femeniles que han hecho de sus espacios, lugares de orgullo y comunidades seguras. Ligas que acompañan a sus jugadoras con convicción. Atletas que se muestran tal cual son. Estas son señales de que algo está cambiando, empujando por quienes viven el deporte desde adentro.

Aun así, el camino hacia un entorno verdaderamente seguro sigue lleno de obstáculos. La homofobia en las gradas, las agresiones en redes, el miedo a perder patrocinios o a no ser respaldados sigue estando ahí. ¿Qué pasa cuando alguien rompe las normas de género, identidad y orientación sexual?, y ¿por qué es esto tan ofensivo e incómodo al punto de generar odio y rechazo?

A veces, incluso los medios y comentaristas alimentan el estigma. Como lo mostró el Primer Observatorio de Medios elaborado por Somos Versus, sólo el 0.10% de las noticias deportivas en México incluyen a personas LGBTIQ+: la invisibilidad también es una forma de violencia. Lo que se dice y lo que se omite en el periodismo deportivo no solo construye opiniones, sino que moldea cómo entendemos la diversidad y la humanidad misma.

Según GLAAD (2023), el 70% de las personas LGBTIQ+ considera que la forma en que los medios retratan a la comunidad impacta directamente en cómo son tratadas en su entorno social. Por eso, quienes tienen voz en este espacio tienen una responsabilidad enorme: ser aliades visibles, romper silencios y abrir paso a nuevas narrativas que abracen la pluralidad. Porque transformar el deporte, y con ello la sociedad, requiere visibilizar, respetar y apoyar todas las identidades que lo habitan.