Cuentan quienes vieron la transmisión en vivo del Chivas vs Pachuca que nunca hubo una repetición en línea del offside de Salomón Rondón. La conjetura nació en redes sociales cuando las imágenes del tanto invalidado al jugador del Pachuca apuntaban en todos los ángulos menos desde la banda. Pero con una inusual rapidez el VAR, en su revisión silenciosa, avaló la decisión arbitral y las Chivas se libraron del susto.

Horas después, en algunos programas de análisis televisivo, se pudo comprobar que Rondón aparecía ligeramente adelantado. Entonces, ¿qué evitó que pudiéramos ver esa toma en tiempo y forma?

Una semana antes, en Toluca, se había generado un escándalo porque Felipe Ramos Rizo, experto en arbitraje, había destapado el rumor por la supuesta edición de los vectores para corregir un fallo del vídeo arbitraje, en el gol invalidado al delantero del Rebaño, Alan Pulido, también por fuera de lugar. Ante el pedido del Guadalajara para que se esclarecieran los hechos, Juan Manuel Herrero, director general de la Comisión de Árbitros, reconoció un “error del VAR”, al hacerse la medición sobre la cabeza de Puligol, que parecía habilitarlo. Sin embargo, el ajuste de los vectores demostró que sí había sido offside. Ahora, a manera de karma, la polémica sonrió a favor de Chivas.

Para incrementar el sospechosismo, el viernes pasado se dio a conocer que el ex presidente de los nazarenos, Armando Archundia (quien a partir del nombramiento de Herrero había sido degradado como director de delegaciones arbitrales y mentoría), renunció a su nuevo cargo, “en el marco de la reestructuración administrativa y tecnológica de esta Comisión”, según se informó.

Pues bien, nos dicen las malas lenguas que en realidad “renunciaron” a Archundia ante la sospecha de que fue él quien presuntamente filtró lo ocurrido en el VAR del Toluca-Chivas, lo que puso en entredicho la legalidad del procedimiento. Como ven, continúan las labores de “limpieza” entre los hombres de negro, aunque en ese esfuerzo ya no se sabe si cada día lo enlodan más.