Las cosas no le han salido al receptor mexicano Alejandro Kirk con los Azulejos de Toronto desde la pausa del Juego de Estrellas y más en este mes, donde apenas en el partido del domingo conectó su primer imparable, después de irse en blanco en los primeros cinco encuentros de agosto.

Kirk se fue de 5-2 en el partido del lunes ante los Orioles de Baltimore y mejoró su promedio a .300. Un porcentaje bueno, si tomamos en cuenta que llegó a estar en .319, que lo colocó dentro de los cinco mejores bateadores de la Liga Americana. Desde el Juego de Estrellas batea para .220 (50-11), con un cuadrangular y tres carreras impulsadas.

Otro pelotero tricolor que vino a menos fue el joven jardinero Luis González con los Gigantes de San Francisco, donde tenía un buen año, pero tanto subir y bajar del equipo grande a sucursales, le afectó y ahorita está en caída libre, en agosto va de 21-4 para .187, con una carrera remolcada. Su promedio es de .269. Si bateando bien lo enviaron a las menores, no nos queremos imaginar lo que puede suceder en caso de no levantar en las siguientes semanas.

Medias Rojas de Boston sigue teniendo problemas con el lanzador zurdo Chris Sale, a mediados del mes de julio una línea de un bateador de los Yanquis le rompió el dedo meñique de la mano izquierda, apenas en su segunda apertura del año, tras perderse la campaña del 2020 y apenas tuvo nueve salidas el año pasado. Fue operado y se encontraba en recuperación, pero tuvo la ocurrencia de pasear en bicicleta y se rompió la muñeca derecha, por lo que ya quedó descartado para volver a tirar este año con los Red Sox.

Boston le dio un contrato por cinco años y 145 millones de dólares durante los entrenamientos de 2019 y desde entonces ha tenido 36 aperturas para marca de 11-13. Esta campaña su salario es de 30 MDD.

Como acostumbra la LMB, después de las broncas en algunos partidos, siempre anuncia los castigos para los peloteros, pero nunca menciona que los ampayers también recibieron alguna llamada de atención. El sábado pasado, la cuarteta integrada por Jesús Córdova, Rafael Martínez, Roberto LaMadrid y Rodolfo Pastrana fueron testigos de la batalla campal entre los hermanitos Guerreros de Oaxaca y Diablos Rojos del México. Donde a lo largo del partido de cinco horas y 12 minutos, además del festín de 36 imparables y 35 carreras, se propinaron seis pelotazos y hasta el quinto advirtieron los hombres de azul, que al siguiente que dieran serían expulsados.