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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

21, octubre 2025 - 6:00

A luchar por la justicia

Les platicaré que de pura casualidad me encontré entre mis cosas el silbato que utilizaba en aquellos añorados tiempos en que me desempeñé como silbante. Se trataba de un ACME tornado 2000, bien bonito, que emitía un sonido espectacular.

Los aficionados y la gran familia balompédica, quizá no le han prestado importancia al utensilio más importante para un juez deportivo; de modo que, hoy me tomaré la libertad de comentarlo para ustedes, estimados lectores del Diario de los Deportistas.
En la prehistoria se usaban los de “baquelita”, mejor conocidos de manera peyorativa como “de policía”. Después, llegaron los metálicos, que contenían en su interior una “bolita” de corcho.

En la época de mi papá, don Arturo Brizio Ponce de León (quien también fue silbante) era una práctica común, una hora antes de que iniciara el partido, llenarlo de agua, con la finalidad de que el corcho “se hinchara” y mejorara su sonido.

Los árbitros de Cuernavaca, encabezados por nuestro gran amigo “Berna” Ortega (arbitrazo) empezaron a “arreglar” los silbatos. Con muchísima paciencia extraían el corcho y le introducían una bolita de unicel y en el muy probable caso de que “la ocarina” no sonara a su gusto le ponían otra y así, probaban docenas de bolitas diferentes hasta que encontraban “la bolita ideal para cada silbato”. Era un privilegio contar con uno de los silbatos “arreglados” por él. Y la verdad sea dicha lograban un tono espectacular.

Después, se pusieron de moda los “Balilla”, italianos, en aquellos tiempos difíciles de conseguir, también eran de bola y de igual manera don “Bernardo” los mejoraba sustancialmente. Era un lujo pitar con un Balilla, además que te daba “caché”.

Cuenta la leyenda que, debido a lo estruendoso que resultan los partidos de Hockey sobre Hielo, inventaron el Fox, que no tenía bola y era tal su potencia que, entre la algarabía del público, se alcanzaba a escuchar perfectamente. Los de bola, pasaron a la historia.

Luego, aparecieron los “Tornados”, delgaditos, planos, con un simple doblez; pero que, sonaban como alma que lleva el diablo. Se volvieron los favoritos de los hombres de negro.

Los “Nazarenos” siempre se hacen acompañar por él, no importa si se trata de: un ACME, un FOX o un Balilla, “dictan sentencias”, “sus decisiones son inapelables”; pero sobre todo, son irremplazables para ayudar a los árbitros … “a luchar por la justicia”.

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