Con la tecnología de Google Traductor

PARÍS 2024

El Pollo de Tlalpán. Daniel Reyes

Itzel Ubiarco

6, febrero 2015 - 12:05

6 febrero 2015. Daniel Reyes

Civismo, luego ética.
RECUERDO que en mis lozanías cuando cursaba la educación media básica, teníamos una materia importantísima en nuestra formación: civismo.
También teníamos frente a la tres veces heroica “123 República de Argentina”, unos sopes de campeonato; sin embargo ese es tema de otro relato, ahora me ocupan las formas.
La verdad que esa clase de civismo, era un deleite y la maestra Rosita, con sus buenas maneras y refinada educación la hacía, todavía más encantadora; teníamos un cuaderno de trabajo en donde, mediante ilustraciones, nos mostraban las bases de la adecuada y sana convivencia entre los seres vivos animales, plantas y humanos de la comunidad; yo siempre me saqué diez y no es por presumirles pero soy de esas personas que saludan cuando llegan, cedo el paso, el lugar y me gusta decir “gracias” y “por favor”; ¡pero no! No crea por un momento siquiera, que me estoy poniendo de ejemplo ¡jamás y nunca! Pues cuando me encamiono, soy el tipo más vulgar e indecente que la historia del mundo ha conocido; ya algunos malos choferes de taxis y microbuses, (y alguno que otro árbitro) han sido testigos del catálogo de malcriadeces y señas que he aprendido a lo largo de mi emplumada existencia.
Pero bueno; estaba con la escuela; luego de mi feliz transitar por la secundaria; ingresé a la prepa; ahí tuve la fortuna de conocer a una eminencia en la filosofía y la ética: David Roque; un preparadísimo catedrático que sostenía la teoría de que la ética era, de principio, fundamental para ser feliz. (recuerden que también era filósofo y de los buenos).
En alguna tarde le hice una pregunta que pegó en el poste de la portería de lo inverosímil; le cuestioné, si la ética era el siguiente paso del civismo; con la calma de un bendito santo, me dio un paseo por la virtud, el deber y la felicidad; e hizo una larga interpretación de la moral; luego regresó a lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto; al final me dijo que en realidad el civismo de alguna manera eran formas propias de la ética.
Disculpe usted tan largo preámbulo, pero es que ahora mismo estoy en un gran conflicto existencial; pues la inmaculada Comisión Disciplinaria de la Femexfut, inhabilito al prometedor delantero del rebaño celestial conocido como Carlos el ‘Güero’ Fierro, por fingir una falta, pero y aún después de tan acertada decisión, el marcador permaneció igual, uno por cero a favor de las Chivas.
Es decir que hubo castigo para el victimario, pero no existió de forma alguna, justicia para el ofendido; y eso no es ético.
Otra más; brincó por ahí un consejero del INE, de nombre Javier Santiago, para aclarar que si la misma Femexfut, obliga al jorobadito de nuestra señora de Tlatilco; alias Cuauhtémoc Blanco y Bravo; a dejar la práctica balompédica, por entrarle a la polaca; estarían violando la Constitución, las leyes laborales, los derechos humanos y un catálogo importante de tratados internacionales. Y eso tampoco es ético.
Si estuvieran aquí la maestra Rosita y el profesor Roque, ya les hubieran hecho un “pacto de (verdaderos) damas y caballeros” a los femexfutos, y les habrían puesto cero, y unas orejotas de burro, que de tan grandes, se las pisarían.

Cierro con una obra titulada “extraordinario”
Por que a la federación,
Le falla en lo social,
Yo creo que su problemón,
Es esa doble moral.

Y si no, quéjense a la FIFA.
Twitter: @pollodetlalpan