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PARÍS 2024

El Pollo de Tlalpán. Daniel Reyes

Itzel Ubiarco

28, octubre 2014 - 8:52

28 octubre 2014. Daniel Reyes

CLASICAZOS
EL sábado pasado, inmediatamente al abrir los ojos me propuse disfrutar de unos deliciosos platillos en el transcurso de la jornada; abriría con una pancita (también conocido como “menudo”, y dice mi ingeniero en alimentos, el Mau, que igualmente se le puede denominar “mondongo”); después del combinado de maciza, libro, pata y cacariza me reventaría en vivo y a todo color el Madrid contra Barcelona y cerraría por la tarde con el Monterrey frente a Tigres.
Luego de dos generosos platos de panza silbó el juez en la madre patria y abrió el telón del espectáculo. Era un placer mirar el despliegue de ambos conjuntos, estrellas por todos lados dando lo mejor de su exquisito repertorio; control de pelota y piques endemoniados de CR7; precisión de relojero del tal Luka Modric, lucha solidaria incansable del francés Karim Benzema, paredes diabólicas de James Rodríguez y el terrible ejemplo de solidaridad y sacrificio de un monstruo llamado Francisco Román Alarcón Suárez, popularmente conocido como Isco; del otro lado, con el juego de conjunto como carta de presentación y el peligro latente del tiqui taca, se apersonaba Barcelona; con la genialidad en la media de don Andrés Iniesta y su fiel escudero Xavi Hernández, la magia puesta en los “chuteiros” del brasileño Neymar Jr. Y la desgraciada intermitencia de Lionel Messi. Toda esa combinación dio un encuentro lleno de emociones y pinceladas de alta denominación; nadie se guardó nada, excepto Messi, pero a ese ya lo conocemos, que juega cuando quiere; basta recordar la final de la pasada Copa del Mundo, donde se la pasó de pendenciero, caminando por el rectángulo de la ilusión, y para colmo, lento; lástima, pero de ahí para delante aquello fue una demostración al mundo de cómo es el verdadero show del futbol, como espectáculo, como deporte y como lo que usted guste y mande.
Cuando acabó el clásico español me quedaba la duda si en verdad quería ver el Clásico Regio, la vara había quedado muy alta, pero ,valiente como soy, me fui a pasear al Yacko, a realizar unas diligencias, y llegué puntal a la cita, una vez que comenzó, el propio juego me fue envolviendo en su vaivén; no tenía ese grado de perfección del matinal encuentro, ni su despliegue físico-atlético, sin embargo, los gladiadores se brindaban en una lucha honesta, y a pesar del caduco Ferretti, los felinos se adelantaron con cierta autoridad; sin embargo, su ventaja sucumbió ante la insistencia rayada y a un lujo de jugada para conseguir emparejar.
Al final los Clásicos del día cumplieron y dejaron una tarea bastante dura para la edición en turno del llamado Clásico Nacional, que llega en un momento color de hormiga roja para los contendientes. Las Águilas se encuentran en plena metamorfosis con Mohamed, de pronto parece que el equipo es inmenso en las manos del “Turco” y a veces actúan como uno solo; mientras que el rebaño está sumido en el más triste y penoso momento de su existencia y no hacen otra cosa que sacarle canas verdes al buen Chepo, quien no se raja y quiere hacer que enderecen el camino y vuelvan a la senda del bien a como de lugar.
Hacer un pronóstico es muy complicado por el inestable andar de los equipos, lo es más porque (dicen los que saben) un Clásico es un juego diferente, en donde todo puede suceder.
Como es en Día de Muertos, sólo deseo que no vayan a salir tiesos y fríos, y que hagan algo digno.
Cierro con una obra titulada “Ay, mis ojos”

Que sea un jueguito lindo,
que se brinden y no sean flojos,
que nos eviten, insisto,
tener un dolor de ojos.
 
Y si no, quéjense a la FIFA.
Twitter: @pollodetlalpan