LA jornada futbolera del miércoles dio para hablar…
Hubo futbol por todos lados.
Pero me quedo con dos triunfos que dejaron muy bien parado al balompié mexicano en el plano internacional.
La victoria del Atlas, en Brasil, frente al Atlético Mineiro, y la goleada del América al Saprissa, en Costa Rica.
Dos torneos diferentes, aunque dos satisfacciones por igual.
El Atlas había tenido un mal comienzo y necesitaba reponerse. Era muy fácil pensar que ante la dificultad del compromiso podía hacer lo mismo que hicieron otros equipos mexicanos en su momento: tirar el torneo, situación que afortunadamente no se dio y eso se aplaude. Los Zorros jugaron con astucia, aplicación e inteligencia para sacar el resultado y lo hicieron de manera perfecta.
¡Triunfazo histórico!
No le ganaron a cualquier equipo, y aunque antes hubo otros conjuntos mexicanos que salieron victoriosos de Brasil, no deja de tener gran mérito una actuación así. Por eso me gusta la Libertadores, porque le brinda a los equipos mexicanos, comprometidos, la posibilidad de escribir historias de éxito muy distintas. Hay vitrinas que no se pueden desaprovechar.
Creo que la victoria sobre el campeón de la Copa Libertadores 2013 le dará gran fuerza y ánimo al equipo de Tomás Boy para encarar lo que venga, tanto en este torneo internacional, como en la Liga MX. Ojalá que este tipo de victorias se dieran más seguido. Ya vendrá también una prueba de fuego para los Tigres, el próximo 5 de marzo, cuando visiten al River Plate. Ahí quiero ver toda la experiencia del “Tuca” en escena.
A lo del América no se le puede restar mérito, porque siempre sabemos que jugar en Centroamérica es muy complicado. La cancha, la hostilidad, los arbitrajes, influyen muchas cosas. Después de la participación de Costa Rica en el Mundial pasado, es lógico pensar que son otras las expectativas para el futbol tico y para el propio Saprissa, actual campeón de aquel país, al que las Águilas le pasaron por encima en un partido bien trazado por Gustavo Matosas, quien de entrada se reservó algunos jugadores y cuando supo que era momento de ir a ganar, lo resolvió con la presencia de elementos de peso como Pablo Aguilar, Rubens Sambueza y Oribe Peralta.
¡Pura vida!

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