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Desde tierras mundialistas. Alberto Lati

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26, febrero 2015 - 12:01

26 febrero 2015. Alberto Lati

EN agosto de 2013, con el Mundial de futbol a menos de un año de disputarse, Brasil se vio orillado a efectuar las pruebas de doping en el exterior.
El laboratorio Ladetec, hasta antes de ese instante el único del país autorizado por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), resultaba desacreditado. Un golpe muy fuerte hacia la organización mundialista y en relación con la imagen de suficiencia, de excelencia, de eficiencia que pretendían proyectar los brasileños.
¿Qué sucedió? Ladetec ya había perdido su licencia de la WADA de enero a octubre de 2012 por discrepancias y polémicas en resultados de pruebas de doping (en particular, con los rangos de testosterona). Desde que Brasil presentó su candidatura olímpica, se partía de la premisa de que las pruebas de los atletas ahí serían examinadas y el gobierno local destinó 7 millones de dólares para modernizar el laboratorio. Todavía en la Copa Confederaciones, las pruebas de orina se efectuaron en Ladetec, al tiempo que las de sangre sí fueron enviadas a Lausana, Suiza.
Invalidado Ladetec por segunda vez en un año, Brasil se convertiría en el primer anfitrión contemporáneo sin infraestructura reconocida contra el dopaje. Por retomar antecedentes en mega eventos deportivos: Londres 2012 creó un gran recinto para detectar doping de la mano de la Universidad King’s College de esta capital. Sudáfrica 2010 hizo lo propio con un gran proyecto en el Departamento de Farmacología en la Universidad de Bloemfontein. Beijing 2008 dio lugar a un gran laboratorio que a la fecha sigue siendo un referente asiático en esta materia. Alemania 2006 dispuso de programas alternos en las ciudades de Colonia y Kreischa. Atenas 2004 lo instaló en su mismo Comité Organizador. En Corea-Japón 2002, la base fue el Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología (KIST) que ya en Seúl 88 había detectado la mentira de Ben Johnson.
Todo hace indicar que para Río 2016, Ladetec estará de vuelta. Según ha trascendido esta semana luego de una visita de la WADA al laboratorio, incluso en julio podría serle devuelta su licencia para operar. Vale la pena aclarar que apenas treinta países en el mundo cuentan con unidades legitimadas por la WADA (es decir, esa carencia habla mal de Brasil como anfitrión, aunque de ninguna forma es un lujo que cualquier nación tenga).
El Mundial 2014 sobrevivió haciendo volar las pruebas de dopaje. Los Olímpicos 2016 padecerían mucho más si se considera la cantidad de participantes y registros obtenidos.
Por ello, Río de Janeiro se encuentra ante una gran noticia.
El regreso de Ladetec beneficiará enormemente a la logística y viabilidad de los próximos Juegos.
Twitter/albertolati