UN país que se habituó a ver en el podio todas las banderas, menos la suya. Un hemisferio casi marginado de medallas.
Londres 2012 será siempre especial para Guatemala: ahí llegó, tras más de medio siglo de participaciones, su primera presea.
Fue Érick Barrondo, en veinte kilómetros de marcha, quien puso en el mapa del olimpismo a esta nación centroamericana.
Con él me encontré este sábado en el malecón jarocho. Listo para debutar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, su actitud es la misma a la que mostraba cuando no se había convertido en el personaje más buscado por los patrocinadores de Guatemala, en el hombre más perseguido por una foto en su país, en la inspiración e imán para millones.
Humilde, de perfil bajo, sereno, me relataba su difícil infancia en un pueblo a unos cien kilómetros de la frontera mexicana. Esas jornadas en las que sólo podía comer una vez al día alguna tortilla con frijol y chile, esas jornadas en las que su cuerpo pedía a gritos más energía para poderse seguir desarrollando.
Hijo de padre campesino, Barrondo no duda que ese hubiese sido su camino de no aparecer la marcha, trabajar la tierra. Esboza una ligera sonrisa al referirse al tema: “no sé hacer nada más que deporte”, entonces hubiera trabajado como agricultor.
Con su bajo tono de voz, con su semblante discreto, habla de cuánto tiempo se visualizó en un podio olímpico, de cuánto soñó y creyó posible esa medalla.
Cuando finalmente conquistó la presea, Guatemala entró en la mayor explosión de júbilo de su historia. Muchos se preguntaban qué sucedería primero: que su selección calificara al Mundial de futbol o que alguno de sus atletas quedara entre los tres primeros en unos olímpicos. Érick Barrondo tuvo la respuesta.
Ahora, su sueño es el oro en Río de Janeiro 2016, pero antes dos pruebas en estos Centroamericanos de Veracruz: los veinte y los cincuenta kilómetros, esta última su prueba dominada, aunque paradójicamente no se consagró en ella.
El primer medallista en la historia de Guatemala, a la que convirtió en tercer país centroamericano en subir a un podio olímpico, tras Costa Rica y Panamá.
Twitter/albertolati