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PARÍS 2024

El Pollo de Tlalpán. Daniel Reyes

Itzel Ubiarco

23, enero 2015 - 10:19

23 enero 2015. Daniel Reyes

Tierra de nadie
CUENTA la leyenda que a principio de semana, le tocó a un ilustre conocido, colega, amigo y compañero, del que me voy a reservar su nombre (porque si no se enoja A. P.) él fue a realizar los deberes propios de su oficio al Estadio Olímpico Universitario; tenía la encomienda de entrevistar a los futbolistas más representativos del equipo de los Pumas; micrófono en mano esperó en la salida del estacionamiento a que se apersonara algún famoso; luego de unos minutos apareció ‘Pikolín’ portero, quien amablemente detuvo la marcha de su unidad, para atender a los ahí presentes; junto con los enviados de la prensa estaban algunos aficionados, y sin que nadie supiera, confundido entre ellos había un gamberro; la seguridad, estaba aparrada en la reja de salida, a unos metros de la acción.
En un instante todos en bola se acercaron a la ventanilla del carismático arquero, en ese preciso momento los cuerpos se apretujaron y el delincuente se sintió agredido por lo que volteó hacia donde estaba el famoso reportero y sin más ni más lo descontó, por lógica consecuencia explotó el caos y el corre, corre, el gamberro hecho una furia arremetió contra el mártir de la información, que, como pudo le atizó un upercut en su maléfica sonrisa, sin embargo una perfecta combinación, arriba y abajo, lo dejó fuera de combate; el asistente de un camarógrafo entró al quite y le conecto tremendo volado al mentón, sin embargo luego salió volando con un recto al plexus solar, el compañero del asistente quiso poner paz, pero los puños del disoluto tenían otros planes; igualmente lo conectó y en la caída se desconchabó un hombro; en ese momento el ‘Pikolín’ portero aceleró para ponerse a buen resguardo; justo cuando la “seguridad” de la máxima casa de estudios reaccionó.
Llegaron “los guardianes del orden” al lugar, pero ya había llegado la sangre al río.
Aquí cabe una aclaración pertinente; no es, por ningún motivo, responsabilidad del equipo de futbol el que sucedan estas cosas; es cien por cien, cosa de la seguridad de la UNAM.
Alguna vez me enteré que, durante un partido, a un amigo, el estimado Román, le robaron ¡las cuatro llantas de su coche! Estando en un estacionamiento del estadio. Y he visto, muchos autos que han sufrido el nefasto cristalazo, en las inmediaciones del inmueble.
Y ni qué decir, luego de un encuentro importante, hacen cortes viales, supongo para agilizar el transito; pero que resultan todo lo contrario; incluso he llegado a pensar que son una broma; de las pesadas.
Ese equipo de seguridad está conformado por elementos que no tienen ni la menor idea de lo que es resguardar algo o alguien, mucho menos están adiestrados en operativos o simplemente en poner orden.
En sus autos compactos andan por ahí dando vueltas, perdiendo miserablemente el tiempo o como ellos dicen: “haciendo antigüedad”.
Ojalá que el jefe de ese grupo entre en razón y ponga el orden que se necesita; pues, tal vez no requiere tantos, solo los que razonen.

Cierro con una obra titulada “antento, antento”
Sin estar muy preparados,
aunque sobrados de vanidad,
Tampoco están adiestrados,
¡Y cuidan la Universidad!

Y si no, quéjense a la FIFA
Twitter: @pollodetlalpan