EN estos momentos, Cruz Azul, Pumas, el bicampeón León y hasta las Chivas están fuera de la zona de Liguilla y en el caso de los tres primeros, las posibilidades de calificación siguen latentes, pese a su pobre exhibición futbolística, mientras que en el caso de los rojiblancos sería un verdadero milagro que dieran un gran salto en la tabla.
A como están las cosas, creo que esos cuatro se van a quedar eliminados. Desde hace rato, en Cruz Azul se viene hablando de una reacción, de una promesa de calificación y pensé que el triunfo frente al América sería el arranque definitivo de La Máquina, pero me equivoqué. Y sin el “Maza” y Joao Rojas, peor tantito. Hablemos de realidades. Al equipo de Luis Fernando Tena le resta el siguiente calendario: Recibe a Morelia, visita a Jaguares, recibe a Pumas y cierra en el Jalisco contra los Leones Negros. Si suman seis puntos, creo que serán muchos y con eso no les va a alcanzar. El nivel futbolístico que le he visto a los cementeros no está para pensar, con todo respeto, en un cierre de al menos nueve puntos.
Después están los Pumas, misma historia, mismas tristezas, misma cantidad de triunfos, empates, derrotas y puntos. Si le tomáramos una radiografía a ambos equipos, igual encontraríamos una saturación importante de conformismo y mediocridad. Ya ni hablar del endeudamiento con sus aficionados, a quienes les siguen debiendo buenas actuaciones, porque no creo que tengan el cinismo de decirles: “Quedamos fuera, pero le ganamos al América”.
Sí, porque curiosamente, además de todas esas similitudes que mencioné entre ambos equipos, también está el dato de que ambos han sido los únicos verdugos del América en el Apertura 2014, pero cabe preguntarse, ¿con eso se salva un torneo?
Al menos el técnico Memo Vázquez, durante la conferencia de ayer, se mostró consciente de la situación y dijo: “Si seguimos así, no nos alcanzará”.
Y creo, como ya dije, que no les alcanzará, porque la circunstancia de no ganar en casa será un factor que al final le cobrará una factura muy cara a los Pumas.
También está el preocupante caso del bicampeón León, que ya tiene dos victorias seguidas, con lo que tranquiliza un poco su trauma de las ocho derrotas que lleva después de 13 jornadas, pero creo que la reacción parece tardía, porque lo que viene en su calendario creo que no ayuda mucho para seguir soñando con la calificación: Vista al Toluca, recibe al Atlas, después al Puebla –sí, dos juegos seguidos en casa-, y cierra como visitante en Tijuana. Requiere al menos diez puntos para aspirar a las finales y buscar lo que nadie ha hecho en torneos cortos: el Tricampeonato.
Y cierro con otro caso que se presenta para un profundo análisis: las Chivas. Aquí el tema no es que se les vaya la Liguilla, sino la vida. Un enfermo que está actualmente en terapia intensiva deberá restablecer primero sus signos vitales antes que irse a jugar una fiesta, que está reservada para los ocho mejores. Hay prioridades en estos momentos y la Liguilla no es tema para un equipo que está en crisis, como el Guadalajara.
La fecha 13 dejó cosas muy interesantes. Si bien el América sigue siendo el superlíder, en lo alto de la tabla hubo cambios considerables, porque el Atlas fue superado por el Toluca y tomó el segundo puesto. El tercero era del Monterrey y ahora le pertenece a los rojinegros. Tigres, con su victoria ante Cruz Azul, subió al cuarto y Rayados cayó al quinto y deberá recuperarse en el Clásico Regiomontano. Bien por Pachuca y Jaguares, siguen en la lucha y creo que el Santos, con el verso barato de Caixinha, ya está en crisis: Cinco partidos sin ganar parecen anunciar un nuevo fracaso lagunero.