LUEGO de su paso exitoso por México, el entrenador de basquetbol Sergio Valdeolmillos Moreno, nacido hace 49 años en Granada, España, marcó las diferencias de este deporte en nuestro país con relación al que trataba en Europa. La experiencia le permitió conocer virtudes y defectos y aplicar las fortalezas para dar un paso histórico dentro de los conflictos que han ensombrecido esta actividad en nuestro país.
Después de una ausencia de 40 años de los Campeonatos Mundiales, Valdeolmillos tuvo ese logro y la posibilidad de organizar el preolímpico en nuestro país. Interesados por lo realizado en nuestro país, ofreció una amplia entrevista sobre este  tópico en particular.
“Un juego más anárquico en la fase de ataque y defensa frente al desarrollo del juego colectivo en Europa; las individualidades priman sobre el colectivo; más importancia a los jugadores anotadores con relación a otros roles; y las defensas de juego sin balón, defensas de anticipación, son menos habituales. Por el contrario, las defensas colectivas y de ayudas están menos desarrolladas”, diagnosticó el integrante de la Asociación de Entrenador de Basquetbol de España.
El problema es más hondo en el baloncesto mexicano que se volvió a opacar durante los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014.
“He observado más inconvenientes que ventajas, he observado que el baloncesto de América Latina está muy influenciado por el baloncesto USA, y sí que he tenido la oportunidad de experimentar que es un baloncesto que tiene talento en gran infinidad de jugadores pero que no está tan estructurado y sujeto a normas como el europeo. Podemos decir que es mucho más pobre a nivel táctico y de estrategia. En cuanto se puede trabajar con ellos de una forma continua son capaces de ir procesando todos nuestros conceptos, son capaces de competir a un gran nivel”, señaló el técnico que salió de México, después del Mundial de España.
Y tocó un fenómeno que frenó el desarrollo del baloncesto mexicano, uno de los primeros países en practicarlo, desde su creación en Estados Unidos y pese a la gran afición existente, después del balompié: El talón de Aquiles deriva del nivel organizativo y de gestión, “mucho menos avanzado por lo que genera una gran inestabilidad al jugador”.
Y enumera otras deficiencias que se deberían atacar: Mejor formación de los entrenadores, a todos los niveles y elevar también el nivel de concentración para las exigencias que requiere la competición. Entre muchos otros puntos de su aventura americana y que regresa a México, en calidad de ponente, el mes próximo.
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