LO que le pasó ayer al León es una clara muestra de la urgencia que tiene el futbol mexicano por internacionalizarse más. No es posible que muy de vez en cuando se busque tener este tipo de participaciones. Nuestro futbol se ha vuelto tan casero que muchos equipos le huyen a torneos como la Copa Libertadores.
A la Concachampions van porque les es imposible evitar esa competencia, pues sería el colmo que tampoco quisieran ser campeones de la Liga MX. Además, es el torneo de la zona y tienen que ir irremediablemente, cuando logran el éxito local.
Después de esa humillante goleada de 6-0 ante el Barcelona, tampoco voy a caer en el extremo de decir que esa es la realidad del futbol mexicano, porque no lo es. Obviamente influyen muchas cosas, como tampoco se exageró cuando las Chivas golearon al Barcelona en Estados Unidos.
Simplemente, el bicampeón León nunca supo a dónde se fue a meter. Era la fiesta del Barcelona, que es un gran equipo, que estaba obligado ante toda su afición a decir: “Estamos listos y vamos por todo”.
De ahí que el conjunto blaugrana jugó con entusiasmo, con alegría, para advertir que ahora sí va por la Liga, por la Champions y por todo lo que se le negó en el pasado. Neymar también necesitaba mostrarse para que el mundo vea que está bien, que no le afectó el Mundial, que ya superó la lesión en la espalda y que se encuentra en buen momento. Hasta anotó de fantasía.
De Messi, ni hablar, no pudo ser campeón del mundo con Argentina, pero sabemos que en el Barcelona es otro su nivel y seguramente dará de qué hablar en este nuevo año futbolístico. Otro que también sonrió porque al fin lo dejaron jugar, fue Luis Suárez, al que sólo le faltó anotar y qué bueno que no lo hizo porque con media docena fue más que suficiente.
Bien por el homenaje a Rafa Márquez, lástima del resultado que no se merecía un jugador de su categoría. El León hizo el ridículo, así de sencillo. Lo vacunaron desde los primeros minutos, es decir, hasta su planteamiento estuvo mal. Al Barcelona no se le pueden dar ventajas en ningún momento. Creo que en el León, a más de uno le temblaron las piernas, porque al “Gullit” lo sigo viendo muy chiquito ante las grandes responsabilidades y así nunca llegará a un club europeo. En casa la rompe, pero fuera de aquí, siempre queda a deber.
Quiero pensar que todo fue un accidente, como muchos que hay en el futbol. Fue una vergüenza ver tan mal al bicampeón del futbol mexicano. Jesús Martínez Murguía tendrá que hacer algo, como pedirle al Barcelona que ahora venga a México para buscar, por dignidad, una revancha. Esto no se puede quedar así, el Barcelona les puso un baile y de milagro la goleada no fue mayor. Al León le pasó todo: le pesó el viaje, sufrieron pánico escénico, se le quedaron viendo a los jugadores del Barcelona y ni las manos metieron. No dudo que sea un grato recuerdo haber jugado en el Camp Nou, pero tampoco debe ser muy agradable terminar aplastado de esa manera. Ojalá que lo ocurrido le abra los ojos a los directivos porque se necesita pesar más en el plano internacional.

PUMAS
Suerte a Memo Vázquez en su regreso a los Pumas, igual a Antonio Sancho. Más cambios en Pumas, en espera de que ahora sí, la directiva haya acertado, porque ya era hora.

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