COMO siempre suele suceder en Centroamérica, las patadas pudieron más que el futbol. No me sorprende la derrota del América ante el Herediano, porque estaba advertido que la Concacaf iba a hacer de las suyas, y aquí lo comenté. Mandó a un árbitro sin personalidad a un juego de vital importancia. Desde el principio permitió que el Herediano repartiera patadas y los americanistas perdieron la cabeza muy rápido. Lo curioso del caso es que el propio técnico de los ticos, Mauricio Wright, ahora pide un silbante con “pantalones” para el juego de vuelta en el estadio Azteca, cuando su equipo es sucio y marrullero, justo como lo fue él en su etapa de futbolista. Ya desde ahorita está preocupado por lo que pueda pasar aquí, a pesar de la ventaja que tiene de 3-0, porque sabe que ahora las cosas serán muy diferentes, y más si el América va a estar completo, pues tuvo varias bajas considerables: Oribe, Pellerano, Benedetto, Samudio y Muñoz. La baja de Moi fue fundamental en el juego de ayer. Es lo malo de tener un portero que siempre juega todos los partidos. El día que falta, su ausencia es notoria, aunque Hugo González no es mal guardameta, pero es evidente que no anda en su mejor nivel. Tuvo una pésima salida en el segundo gol, que es culpa suya, pero pese a lo contundente que resultó el marcador, el América es un equipo hecho para hazañas. Necesita cuatro goles y no recibir más. Por lo menos, bastarán tres en el tiempo regular para mantener esperanzas.
Lo bueno de todo esto es que el partido de vuelta no es la próxima semana sino hasta el 8 de abril, tiempo suficiente para recuperar a todos sus jugadores, aunque no contará con Michael Arroyo, pues el ecuatoriano se hizo expulsar tontamente y será una baja muy importante. Además, está el caso de Paolo Goltz, quien agredió en el suelo a un contrario, al que le soltó una patada y según versiones llegadas desde Costa Rica, el jugador tico se desmayó en el vestidor. La directiva del Herediano clama justicia al respecto y solicitará una investigación.
Gustavo Matosas se contuvo. Asistió a la conferencia de prensa con tranquilidad, aunque sabe que el árbitro y la cancha de pasto sintético afectaron el rendimiento de su equipo. Para las Águilas, no llegar al Mundial de Clubes es un fracaso enorme y en caso de quedarse en el camino, el técnico sabe muy bien que la crítica contra su persona será muy dura. Sin embargo, llegó la hora de ver al verdadero América. Hacer tres goles en 90 minutos no es una misión imposible para un “Ferrari” que ya necesita correr a su máxima velocidad. Si no es ahora, ¿cuándo? Vaya que la rivalidad entre ticos y mexicanos sigue creciendo. Por cierto, muy bien por los Tigres en la Libertadores.

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