Con la tecnología de Google Traductor

PARÍS 2024

Como director opino ESTO. Salvador Aguilera

Itzel Ubiarco

6, noviembre 2014 - 8:55

06 noviembre 2014. Salvador Aguilera

TARDE o temprano, la bomba tenía que estallar.
Desde hace mucho tiempo el arbitraje está en crisis, y también tiene tiempo que no se cambian las cosas.
El gremio, lo sabemos todos, está mal manejado. Los árbitros perdieron poder desde el momento que hubo gente, sin conocimiento del arbitraje, que quiso mandar ahí, pero eso era también una forma estratégica de la Federación Mexicana de Futbol para tener el control total de una Comisión que no pertenece a la Liga MX, sino a la FMF.
El asunto está muy claro, y no hay que darle muchas vueltas. Los árbitros necesitan autonomía y no se la van a dar. Hay una serie de injusticias que ya acabaron con la paciencia de los silbantes, quienes ahora exigen cambios y no promesas. La parte económica es uno de los tantos detonantes de este problema. Hay quienes no son del Distrito Federal, pero se les obliga a permanecer aquí, aunque no tengan designaciones y el dinero ya no les alcanza.
Y luego, jornada tras jornada, nos preguntamos por qué está tan mal el arbitraje y hoy las razones saltan a la vista. La Comisión de Árbitros siempre ha sido una bomba de tiempo, las inconformidades se fueron acumulando y lo que hace falta es poner a las personas adecuadas para que el árbitro tenga un trato digno, necesitan cobrar de acuerdo a la exigencia y responsabilidad que tiene. Urge acabar también con los amiguismos, porque ante la mala paga, ponen a pitar a los “cuates”, quienes a pesar de sus fallas siempre repetían y eso es muy notorio.
Me queda claro que al árbitro no se le puede cargar más presión de la que ya tiene. Cualquiera que sale a pitar ya va muy presionado. Hay dos o tres que se salvan, pero lo que más extraña es los de mayor experiencia como Roberto García Orozco y Paúl Delgadillo, han cometido fallas garrafales. ¿Qué nos dice todo eso? Que también están inconformes, que están cansados de injusticias y de que “la mano negra” aparezca en las designaciones.
Creo que el caso de Luis Enrique Santander fue la gota que derramó el vaso. Después de aquella falla al dar por bueno un gol del León en Toluca, en el que hubo un claro fuera de juego de Nacho González, al árbitro le fue peor que al niño que reprobó todas las materias. Luego Televisa se agarró de ahí para decir que los silbantes están ayudando al bicampeón. ¿Y al América no lo ayudaron en el Clásico? Esa mano de Paúl Aguilar, no la vio o no la quiso marcar García Orozco.
Con todo eso, también se está generando un fuego cruzado y en medio están todos los silbantes del futbol mexicano. Por eso creo que su manifestación de justicia está bien fundamentada. Ni en su propia Comisión encuentran el respaldo necesario. Los actuales asesores ya tuvieron un tiempo de trabajo, el cual debe ser evaluado y si los resultados no han sido los esperados, hay más gente que también sabe de arbitraje que bien podría ser utilizada para salvar al barco.
Muchos ex árbitros que han preferido trabajar en medios de comunicación, conocen perfectamente toda esta problemática, pero prefirieron mantenerse al margen para ver “los toros desde la barrera”. Y quienes intentaron ayudar, y poner su experiencia al servicio del gremio, fueron maltratados. Miren qué curioso, pero los mejores árbitros que ha tenido el futbol mexicano no forman parte de la Comisión. ¿Por qué será? Ojalá que esta vez, los silbantes al fin logren lo que quieren. Aquí, otra clara muestra de la falta de unión en el balompié nacional.

LECTORES
Correo: salvador@esto.com.mx
Twitter: @salvadoraguil67 y en Facebook
Visite nuestra página: estoenlinea.oem.com.mx