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Desde tierras mundialistas. Alberto Lati

Itzel Ubiarco

6, noviembre 2014 - 8:52

06 noviembre 2014. Alberto Lati

CON el adelanto de que Neymar será uno de los tres refuerzos mayores de la selección brasileña para la disputa del oro en Río de Janeiro 2016, se abre pauta para un inmenso lío.
Sucede que ese mismo verano se jugará en Estados Unidos la Copa América en su edición extraordinaria para conmemorar el centenario de este evento. Tal certamen será del 3 al 26 de junio, fechas muy cercanas a las que tendrá la Eurocopa, con la cual por primera vez en años competirá en cantidad de reflectores la Copa América. Es decir, que ahí querrá contar Brasil con su crack máximo (o único), que es Neymar.
Y sucede que pocas semanas después de la final de la Copa América, arrancará la competición futbolística de los Olímpicos de Río. Eso significa que si Brasil quisiera contar con él para las dos justas, propiciaría que, primero, el delantero no hiciera pretemporada y apenas tuviera vacaciones, además de que lo privaría de los primeros partidos de la campaña 2016-17 con el Barcelona.
Por todo ello, parece absurdo y poco viable que Neymar acuda tanto a Copa América como a los Olímpicos. Entonces el cuerpo técnico de la Confederación Brasileña de Futbol deberá priorizar o elegir…, y el resultado será el peor que pueda esperar el Barça: los Olímpicos, pues esa medalla de oro es la única asignatura pendiente en la historia del futbol verdeamarela.
Los brasileños querrán, aparte, contar con tan poderosa imagen en los desfiles de la ceremonia inaugural y como imán de mercadotecnia en los partidos de futbol.
Así, el cuadro blaugrana ha de empezar a hacerse a la idea: tiende a perder a su desequilibrante ofensivo por unas semanas y, más grave todavía, es factible que no le pueda dar ni vacaciones ni trabajo de pretemporada.
Problemas propios de un calendario tan saturado. Problemas propios de un contexto futbolero empecinado en acabar con la gallina de los huevos de oro. Problemas propios de un país que antaño generaba infinidad de talentos futbolísticos y ahora pende frágilmente de lo que este muchacho paulista pueda hacer, porque más que Neymar, en Brasil no hay.
Twitter/albertolati