Este lunes, el púgil inglés Anthony Joshua estuvo en un tris de decirle adiós a este mundo junto a dos de sus amigos más allegados, los cuales perecieron en el mismo vehículo -Joshua viajaba en el asiento trasero y sufrió lesiones no graves-, en un accidente de tránsito en Nigeria, tierra de sus ancestros.

Los reportes indican que Joshua salvó la vida “de milagro” al estrellarse el automóvil que lo transportaba contra un carro estacionado sobre la autopista Lagos-Ibadan, una de las que registra más percances mortales en ese país.

Joshua, campeón olímpico de Londres 2012 que conquistó el título del mundo profesional de peso completo, cobró su bolsa más grande (alrededor de 100 millones de dólares), por aplastar en seis vueltas al osado youtuber Jake Paul.

El nombre de Joshua nos resulta familiar porque Andy Ruiz lo noqueó contra todos los pronósticos, en 2019, para convertirse en el primer monarca universal de la gran división de padres mexicanos. Andy nació en Imperial, California; sin embargo, se le considera un compatriota porque entrenó durante años en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano y vistió el uniforme tricolor en competencias internacionales.

Se debe recordar que Joshua recuperó los tres cetros (WBO, IBF y WBA) contra Ruiz en aquel mismo calendario, en Arabia Saudita, al darle una lección de boxeo. En esa revancha, Andy, de por sí de cuerpo rollizo, subió con más peso que nunca y desde entonces ha llevado una trayectoria un tanto intrascendente, con altibajos en sus actuaciones (empató en su último pleito).

El dineral que Anthony obtuvo a cambio de partirle la mandíbula a Paul vino a resultar un regalo del cielo a sus 36 años, luego de que en su salida anterior fue derribado cuatro veces y cayó fulminado en cinco episodios ante su coterráneo Daniel Dubois, en septiembre de 2024. Jake Paul lo eligió como “rival emergente”, luego que Gervonta Davis se automarginó por líos personales.

Se comprueba que Joshua nació con buena estrella, aunque hoy sufre profundamente la pérdida de sus amigos.