Con la tecnología de Google Traductor

Las reglas y los reglazos
titulo-foto

Eduardo Brizio

23, diciembre 2025 - 6:00

Como un costal de papas

Enrique Borja es un exfutbolista que en la época en que se desempeñó como jugador, no solamente tenía la facultad de meter goles de todos colores y sabores; sino que, se convirtió en un auténtico ídolo para la afición.

Inició su carrera como canterano de Pumas, en donde permaneció por espacio de cinco años, aunque no logró ceñirse la corona como campeón de goleo. Fue convocado por Nacho Trelles al Mundial Inglaterra 1966 en donde logró anotarle a Francia, en aquel legendario empate de México frente a los galos a un tanto.

Corría el año de 1969, bien presente tengo yo, cuando repentinamente, ante la sorpresa de propios y extraños nos amanecimos con la notica que “el Cyrano” (mote que cariñosamente le había puesto Ángel Fernández por su peculiar y larga nariz) había sido vendido a los Cremas (todavía no eran las águilas) del América.

Nadie lo podía creer; bueno, ya saben cómo se las gastan en Coapa, que siempre han codiciado a los grandes futbolistas surgidos en la otrora inagotable cantera universitaria (los ejemplos sobran) y esa vez no fue la excepción.

Sin embargo, Enrique Borja se negaba categóricamente a incorporarse con el equipo milloneta; tanto así, que recurrió al rector de nuestra máxima casa de estudios para que invalidara la operación.

La molestia de Borja obedecía a tres razones: 1) Él quería permanecer con los Pumas (no tanto que se negara a jugar para el América) 2) No fue consultado en ningún momento ni se tomó en cuenta su parecer, por lo que no tuvo empacho en declarar púbicamente: 3) “Me vendieron como si fuera un costal de papas”.

“Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido” (cantaría Joaquín Sabina en su legendario tema: Peces de Ciudad). Así Borja se convirtió en “rompe redes” americanista, iniciando así un bello romance con el club, que perdura hasta nuestros días, llegando a obtener el título de goleo en tres torneos (largos) consecutivos.

Esto viene fresco a mi memoria por la situación que está viviendo Javier Aquino, canterano de la Máquina Celeste de Cruz Azul quien ya tuvo las mieles de jugar en el viejo continente, concretamente en la madre patria con el Rayo Vallecano y el Villareal.

Regresó al terruño querido para enfundarse la playera de Tigres en donde colaboró a la obtención de 12 títulos para la institución. Nada ha cambiado, ahora, lo tratan y lo desechan… “como un costal de papas”.

Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de quien las emite y no de esta casa editorial. Aquí se respeta la libertad de expresión.