La NFL suele ser una fuente inagotable de drama, no importa qué partido sea, de pronto pasan cosas increíbles. Los Steelers debieron esperar una eterna deliberación de los referees para celebrar su victoria 29-24 sobre los Lions, una decisión que pudo cambiarlo todo, porque Detroit ya había anotado el touchdown de la victoria pero una interferencia de pase terminó con sus ilusiones.

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Lo de terminar no es una metáfora; la derrota deja a los Lions con posibilidades remotas de acceder a los playoffs. Muchas cosas tendrían que pasar para Detroit se metiera a la postemporada.

Si la derrota resultó fulminante para las aspiraciones de Detroit, la victoria representó un impulso importante para los Steelers. El equipo de Mike Tomlin demostró su capacidad para imponer condiciones y acercarse de manera importante al campeonato divisional.

Los Steelers son uno de esos equipos camaleónicos, es decir, aquellos que cada partido muestran una cara distinta. En esta ocasión no requirieron un partido superlativo de Rodgers, les bastó con un gran duelo de su corredor Jaylen Warren, quien corrió para un total de 143 yardas y anotó dos touchdowns en el tramo final del partido. El mariscal de campo, mientras tanto, lanzó para 266 yardas y un touchdown. El protagonista de la anotación fue el corredor Kenneth Gainwell, al hacer una recepción milagrosa.

Los Steelers mostraron su dominio

Más allá de que los Steelers mostraron su dominio durante gran parte del partido, el último cuarto pudo ser para cualquiera. Los Lions despertaron de su letargo y en los últimos minutos apretaron las cosas con un touchdown de Gibbs.

El quarterback Jared Goff se envalentonó y en los últimos segundos montó una buena serie ofensiva que tuvo de todo. Castigos que le permitieron avanzar cuando todo parecía perdido. En los últimos segundos hubo dos jugadas por parte de Detroit que terminaron en touchdowns, pero un par de interferencias ofensivas frustraron los festejos en el Ford Field.

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Goff terminó el partido con 364 yardas y tres touchdowns, sin embargo, no fue suficiente para sacar la victoria. Entre las claves estuvo el dominio en las trincheras que le permitió a los Steelers limitar el ataque terrestre de los Lions a tan solo 15 yardas, algo impensado si se considera la calidad de sus corredores.