San Nicolás.- En casa y con su gente Tigres se hizo grande. Gignac hizo magia, Brunetta puso a Cruz Azul al filo del abismo y Nahuel los empujó. La U fue más que La Máquina en un Volcán que no se silenció durante los 90 minutos de la vuelta de la Semifinal, y aunque el autogol de Purata significó el 1-1 final, en la Sultana del Norte se acabó el sueño cementero de la décima y, se generó la ilusión felina por alcanzar la ansiada novena estrella.

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El ‘Toro’ Fernández fue el villano celeste, encumbró al polémico arquero Guzmán como figura al errar un penalti que hubiera significado el empate momentáneo y tal vez un destino distinto con el autogol de Purata. Después de dos años, los universitarios retornaron a una final, esta ocasión inédita, ya que el duelo entre Diablos Rojos y Tigres por el título de la Liga MX nunca se ha registrado.

Tigres vuelve a una final de la Liga MX

Cruz Azul perdió desde antes del silbatazo inicial. La euforia de los Incomparables obligó a que el autobús celeste entrará por la parte trasera de la universidad. Sin embargo, los gritos de aliento retumbaron tan alto a la llegada de su equipo que tensaron en ambiente para la visita.

El Volcán lució pletórico, con un mosaico gigante que advirtió la fiereza de su equipo. Aunque Larcamón intentó ser agresivo enviando a Sepúlveda y Fernández como dupla en el ataque, la primera de peligro la generó Faravelli con un disparo que Nahuel desvió y que terminó por rozar su poste derecho.

El guardameta argentino contagió calma a su gente con atajadas a una mano. Lo que para el rival podría ser soberbia, para Guzmán fue un juego mental en el que salió ganando.

Tigres fue paciente y por medio de una genialidad de Gignac encontraron el gol. El francés ya no corre como antes, pero la calidad sigue intacta. El francés sirvió para Brunetta con un ‘taquito’ y este definió cruzado, Imposible para Gudiño.

En el complemento el ‘Toro’ sentenció a su equipo fallando la pena máxima que el silbante central marcó luego de auxiliarse en el VAR. El ‘Patón’ Guzmán recostó hacia su derecha y con ambas manos evitó la caída de su marco.

Purata empató el marcador al clavar el esférico en su propia meta, pero en el tiempo de compensación. Con el reloj en contra, La Máquina tuvo una última que milagrosamente salió desviada del arco felino. Larcamón se lanzó contra el árbitro tras el silbatazo final, frustrado por cómo su proyecto se derrumbó en semifinales con un hombre menos por la lesión de Orozco Chiquete. Tigres en una final, de nueva cuenta, de la mano de Guido Pizarro.

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