Hay un concepto que tiene obsesionado al futbol mexicano, y es aquel que tiene que ver con la grandeza. De manera constante, la palabra “grande” motiva discusiones que casi siempre llegan a ningún lugar, porque lo subjetivo del término se combina con las fobias de quien defiende o señala el lugar que ocupan determinados equipos.

Se parte del hecho de que el futbol mexicano tiene cuatro grandes: América, Chivas, Cruz Azul y Pumas. Por años, la idea había prevalecido más o menos inalterable, como un consenso difícil de debatir. Lo cierto es que cada vez son más los que ponen en duda la grandeza de los equipos, una discusión que refleja la fragilidad del término.

En la actualidad, el único que escapa de los cuestionamientos es el América. El equipo azulcrema cumple cabalmente con lo solicitado por las masas. En lo estadístico es el equipo más ganador del futbol mexicano. También presume una de las aficiones más numerosas del país. Y quien no le va suele odiarlo, una animadversión necesaria en toda construcción del ego de quien se percibe como el más grande.

Las Chivas están cerca de la unanimidad, por afición y títulos, pero es cierto que los amplios lapsos sin campeonatos han dado argumentos a los detractores, que cuestionan la exigencia del Guadalajara para permanecer siempre arriba. Lo cierto es que el Rebaño goza de un pasado que siempre estará al rescate de su presente.

Por años, Cruz Azul padeció el asedio. La Máquina pita con fuerza en cuanto a aficionados y el recuerdo de las épocas gloriosas, pero sus años sin ganar pusieron en duda su grandeza, como carne fresca para la carroña. Ahora ese lugar lo han ocupado los Pumas, quienes suman 14 años sin poder levantar un título de liga.

Nadie parece ponerse de acuerdo sobre los puntos necesarios para considerarse grandes. Si tiene que ver con los títulos, o con lo numerosa que pueda llegar a ser su afición. La primera es capaz de hacer tambalear cualquier certeza, y la segunda acepta los tiempos malos con dignidad. Quizá el tiempo admita a equipos como Toluca, Tigres o Pachuca en esa lista blindada, cuando seamos capaces de cuestionarnos lo frágiles que somos.