La infancia de Erika Canseco se resume en dos cosas muy significativas para su vida: el baile y la lucha libre. Desde que era muy niña solía aparecer en los bailables de la escuela, por lo que sus maestras dieron la recomendación de encaminarla hacia ese arte. Su otra cara era la rudeza de jugar lucha libre con su hermano, mientras ella fingía ser el Vampiro Canadiense.

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“Yo siempre jugué luchitas con mi hermano. Siempre fui la niña ruda porque en mi casa eran dos hombres y éramos dos mujeres. Mi hermana siempre fue la estudiada, tiene un buen de carreras, es una eminencia, es neonatóloga, entonces ella era seria”, declaró para el canal Rueda en el Ring.

“Yo me juntaba más con mi hermano, entonces a cado rato era la descalabrada, tengo un montón de cicatrices de que siempre nos dábamos. Jugábamos siempre a las luchitas. Yo era el Vampiro Canadiense y él era Octagón, yo era la ruda y me aventaba; él era el que me madreaba. Me gustaba mucho la lucha libre desde muy chiquita, pero nunca pensé estar en ese mundo hasta que me llamaron“, agregó.

Explicó que cuando la llamaron del CMLL no tenía muchas ganas al pensar que solamente sería una edecán.

“Yo no me veía, pero me dijeron que era bailando. Yo empecé en la Arena México con coreografía, ya a partir de ahí me dijeron que les gustó mi trabajo y empecé como edecán, pero yo les dije que sí siempre y cuando bailara“, destacó.

¿Cómo comenzó Erika Canseco en el mundo del baile?

Erika Canseco mencionó que desde niña le gustaba bailar y solía imitar las coreografías de Gloria Trevi.

“Desde muy chica me apasionaba bailar. Así me sentía libre y me sentía yo. Desde chica me gustaba Gloria Trevi y me aprendía sus coreografías, sacaba su vestuario y yo juraba que era Gloria Trevi chiquita. En la primaria empecé a bailar y en los festivales siempre era yo sola, era raro porque no bailaba folklor, era la que se aventaba al piso, se sacaba los cabellos”, relató.

Destacó que desde la secundaria estuvo estudiando danza y hasta el momento lo sigue disfrutando.

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“A partir de ahí las maestras se acercaron a mi mamá y le dijeron que tenía talento, que solo había que pulirme. Hice una licenciatura, fueron siete años de carrera, de ahí toda mi vida ha sido danza, danza contemporánea, capoeira, danza aérea, ahora sí que hago de todo y me encanta, es la manera de poderme expresar“, cerró.