Si algo tenían claro los Dodgers es que querían evitar el drama y centrarse cuanto antes en las Series Divisionales. Quizá por eso es que no escatimaron en mostrar su superioridad sobre los Reds de Cincinnati para barrer la serie y con una victoria 8-4, en el segundo juego, citarse con los Phillies.

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Si en el primer partido la novena angelina se impuso 10-5, la tónica en el segundo duelo de la Serie de Comodines no fue tan distinta, al menos en el resultado.

Los Dodgers empezaron un tanto dubitativos y apenas en la primera entrada los Reds descifraron los lanzamientos de Yamamoto. Un sencillo productor de Sal Stewart le permitió a Cincinnati irse adelante en la pizarra gracias a las carreras de Gavin Lux y Austin Hays.

Pese a la temprana desventaja, los Dodgers no cayeron en pánico y conscientes de su superioridad dejaron que la cosa fluyera. El tiempo le dio la razón a Dave Roberts y a partir de la tercera entrada comenzaron a caer las carreras.

Los angelinos hicieron daño con un sencillo de Mookie Betts que impulsó la carrera de Rortvedt; a partir de entonces, los locales hicieron daño en el cuarto rollo, al empatar y sacar una mínima ventaja. También lo hicieron en el sexto y en el séptimo capítulo, con un Betts estelar, que al final terminó con tres carreras impulsadas.

Los Dodgers llegaron al final con una cómoda ventaja

Los Dodgers se fueron a la octava entrada con una ventaja de 8-2 y con el partido prácticamente en la bolsa. Hay un riesgo, sin embargo, en todo esto.

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Ya sin Yamamoto, que lanzó 6.2 entradas y recetó nueve ponches, el relevo estuvo algo frágil y la cosa pudo complicarse, sobre todo con Emmet Sheehan en el montículo, al permitir dos carreras. Los Reds incluso se pusieron en posibilidad de empatar el partido al tener la casa llena, pero Vesia apagó el fuego.