El hecho de que la rivalidad entre los Yankees y los Red Sox esté bajo los reflectores de una Serie de Comodín genera un fenómeno curioso, por supuesto que ambos equipos quieren ganar, pero sobre todo, no quieren perder.

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La diferencia de los conceptos radica nada menos que en el orgullo, los Yankees tenían claro que no podían quedar eliminados en dos partidos y han salido enganchados desde el principio en busca del triunfo que les permitiera mandar la serie a un tercer y definitivo juego. La misión se cumplió y los del Bronx se llevaron un apretado triunfo 4-3.

Bajo el permanente rugido del Yankee Stadium, en la fiel representación de un acto de fe, Yankees y Red Sox ofrecieron un partido digno de postemporada. La tensión permanente de una posible eliminación y el marcador empatado mantuvieron a los fanáticos neoyorquinos de pie.

Solo fue hasta la octava entrada que un sencillo de Wells le permitió a los locales tomar la ventaja que a la postre sería definitiva.

Partido dramático en Yankee Stadium

Para llegar a eso, sin embargo, el partido fue tensando la cuerda. Los Yankees se fueron al frente desde la primera entrada gracias a un cuadrangular de Rice que llevó a la registradora a a Bellinger.

Aunque se sabe que en el beisbol ninguna ventaja es definitiva, los Mulos de Manhattan necesitaban aferrarse a algo después de la derrota en el juego 1. Las dos carreras hicieron creer a la afición, sobre todo después de esa segunda entrada en la que los Red Sox no encontraron esa respuesta inmediata.

La tensión volvió en el tercer capítulo, cuando un sencillo de Trevor Story impulsó a Rafaela y a Duran a la registradora. Con el marcador empatado volvieron los temores de los Yankees, abiertos a múltiples posibilidades, casi todas en contra.

El marcador volvió a agitarse en la baja de la quinta, un sencillo de Judge que impulsó la carrera de Grisham y que devolvió la ventaja a los Yankees.

La ilusión duró poco porque en la parte alta de la sexta Story se voló la barda para empatar de nuevo la pizarra y desatar el pesimismo.

Yankees fuerza a tercer juego en Serie de Comodines

El cañonazo representó el final de la labor de Rodón y dio paso al relevo de los mulos. El drama acompañó la rotación, con Cruz, Williams y Bednar. Cada uno sacó sus respectivos tres outs y no permitieron carrera.

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La ofensiva hizo su trabajo en el octavo capítulo con la carrera de la ventaja, incluso pudieron caer más, pero se quedó la casa llena. Williams se llevó la victoria y Bednar el salvamento. El novato Cam Schlittler será el encargado de abrir el tercer y definitivo juego.

Guardians mostraron su poder para igualar la serie ante Tigers

Cuando el fantasma de la eliminación de los Guardians rondaba en el ambiente, una octava entrada soñada les permitió derrotar 6-1 a los Tigers y mandar la Serie de Comodines a un tercer y decisivo juego.

El marcador estaba empatado 1-1 cuando de pronto, los maderos se encendieron y dos cuadrangulares de los de Cleveland produjeron cinco carreras para finiquitar las acciones.

Y es que en una serie tan cerrada, con duelos de pitcheo bien establecidos, este tipo de explosiones suelen ser determinantes. Los Tigers se llevaron el primer duelo con un cerrado 2-1 y este segundo parecía enfilarse al mismo desenlace.

Un cuadrangular de George Valera en la parte baja de la primera entrada inauguró la cuenta en favor de los Guardians, mientras que un sencillo de Baez impulsó la carrera de Riley Greene en el cuarto capítulo para poner el empate.

El duelo parecía encaminarse irremediablemente a los extra-innings cuando un cuadrangular de Rochio en la octava entrada aumentó la renta para los locales. Un doblete de Schneemann remolcó la carrera de Kwan y un cañonazo de Naylor llevó a Schneemann y a Ramírez a la registradora.

El golpe fue tan fulminante que no hubo reacción de los Tigers. La victoria se la agenció Cade Smith, quien sacó los últimos cuatro outs sin permitir daño. La derrota fue de Troy Melton, al permitir cuatro carreras.