Vaya que resultó polémico el trabajo arbitral de Marco Antonio “El Gato” Ortiz el pasado sábado en el Estadio Jalisco cuando se enfrentaron, dentro de la fecha seis del Apertura 2025, los rojinegros del Atlas en contra de las Águilas del América.

Por principio de cuentas opino que se trató de una mala designación por parte de la Comisión de Árbitros. Desde marzo del año pasado, cuando el mismo silbante decretó la pena máxima, por una supuesta falta de Rotondi, que a la postre le daría el título a los de Coapa, quedó flotando un ambiente adverso al “Gato” y la percepción de que su decisión terminó por beneficiar a los azulcrema.

Luego de un año, finalmente en la jornada dos del presente torneo, Ortiz volvió a dirigir a los emplumados en la victoria que obtuvieron al son de tres goles por uno sobre los Xolos.

El protocolo que usualmente aplica los dirigentes de los hombres de negro, es el de dejar pasar tres fechas para que un colegiado pueda repetir pitándole al mismo equipo; así, en la jornada seis el alto mando lo designó, de nueva cuenta, para arbitrarle al América, exponiéndolo de manera innecesaria al escarnio popular.

Un primer penal polémico a favor del América, un gol bien anulado a los rojinegros, una merecida expulsión para el capitán del Atlas y una pena máxima (inexistente) también a favor de los “millonetas” enmarcaron la noche, desatando la ira del “respetable” sobre el Nazareno.

En mi opinión, en el primer penal el balón le pegó al defensor del Atlas en la parte superior del brazo, a la altura de la axila; es decir, en un sitio que no es sancionable. Pienso que el VAR debió de acudir en su auxilio y no dejarlo morir en soledad.

Si un silbante llanero, en un partido jugado, por ejemplo, en la cancha cinco de la Ciudad Deportiva: le marca dos penales muy dudosos en contra a un equipo, les anula un gol por fuera de lugar muy apretado y los deja en inferioridad numérica porque le expulsa a un jugador, lo que provoca que pierdan el encuentro, apuesto doble contra sencillo a que … “le rompen el hocico”.

Resultará muy difícil que algún día el “Gato” Ortiz se pueda quitar de encima el estigma de que “ayuda al América”, desafortunadamente para él, dicha etiqueta le perseguirá durante toda su carrera arbitral … y más allá.