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Mi perspectiva.José Luis Camarillo
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José Luis Camarillo

19, agosto 2025 - 6:00

Fans hechizados

Para esta columna, me inspiré en las 91 mil personas que se dieron cita en los 30 Acres de Boyle, en Jersey City, para la primera taquilla de un millón de dólares en la historia, el 2 de julio de 1921, con Tex Rickard como promotor. En realidad, se obtuvo un millón 789,238 billetes verdes. El ídolo estadounidense Jack Dempsey y campeón del mundo de peso completo noqueó en el cuarto round al ídolo francés y monarca de Europa, Georges Carpentier.

Vendrían más entradas extraordinarias. JC Chávez llenó el estadio Azteca (Guinness registra 132,274 almas), cuando pulverizó en cuatro asaltos al estadounidense Greg Haugen, el 20 de febrero de 1993. Éste le picó la cresta con la declaración de que la mayoría de sus rivales eran taxistas.

Vino entonces un post en X de Historic Boxing (@BoxerJoeGrim), con la efeméride de que el pasado día 16, pero en el año 1941 en Milwaukee, el soberano mundial de peso medio Tony Zale noqueó en el noveno asalto a Billy Pryor, en contienda no titular, con Jack Dempsey como réferi. “Se reportó que un total de 135,132 espectadores atestiguaron el encuentro, que formó parte de un espectáculo gratuito auspiciado por la Pabst Brewing Company”, señala el tuit.

Llamé a Eduardo Lamazón para obtener mayor luz y me comentó: “Sí. La admisión consistió en llevar un vaso de leche o el equivalente, en otro alimento. Eso, yo lo platico en mi libro ‘150 años de historia’”.

Le mencioné a Lamazón que, según Historic Boxing, esa congregación es a veces citada como la mayor en la historia y que, igualmente, se acota que “es posible que sea eclipsada por la defensa que el tagalo Luisito Espinosa hizo de su cetro pluma del WBC contra el mexicano César Soto, en 1996, en un evento gratuito en el Luneta Park de Manila”. Se habla de hasta 200 mil personas.

Lamazón entonces recomienda colocar un asterisco junto a la versión de Tony Zale vs. Billy Pryor y de Luisito Espinosa (era representado por mi colega japonés Joe Koizumi) vs. César Soto, por la sencilla razón de que en ninguna de éstas dos se cobró el acceso.

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