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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

22, julio 2025 - 6:00

Quieren tapar el pozo

Nunca he ocultado la simpatía que siento por los colores azul y oro del equipo representativo de nuestra máxima casa de estudios, los Pumas, mis queridísimos Pumas de la UNAM; por eso, me apena y me angustia la situación por la que se atraviesa.
Luego de una serie de decisiones mal tomadas, como era predecible, se terminó provocando una crisis bajo los palos de la escuadra universitaria, como nunca antes en la historia de la institución.

Bien que mal, la portería estaba razonablemente bien resguardada por Julio González quien incluso se desempeñó como guardameta de la Selección Nacional en la Copa América 2024. Como segundo arquero, estaba listo para cualquier emergencia Gil Alcalá.

Cuentan “las lenguas de doble filo” que luego de la eliminación de los felinos, en cuartos de final, frente a Monterrey, ambos cancerberos “discutieron” en el vestidor, por lo cual el entones estratega argentino Gustavo Lema, en una decisión que muchos califican como “salomónica” (pero, yo pienso que fue precipitada e irracional) cortó por lo sano, ordenando que los dos salieran del equipo.

Así, tuvieron la “feliz ocurrencia” de traer de la madre patria, concretamente del Athletic de Bilbao, a Alex Padilla (de ascendencia mexicana) quien de a poco, sin ser una maravilla, se fue asentando demostrando su calidad; pero, se comió varios goles en contra. Sin embargo, venía a préstamo y en virtud de que fue requerido allá en el Estadio San Mamés dejó a la escuadra estudiantil con un palmo de narices.

Mientras llegaba Alex Padilla, tuvimos el gusto de ver debutar a Pablo Lara, canterano que llegó procedente de Tijuana para mostrar, a sus 20 años, que es un porterazo. Lo sentaron para que el “español” fuera el titular. Con la mala suerte de que ahora que estaba ante su gran oportunidad, el destino lo encontró lesionado, situación que ocurrió con la Selección en el otrora Torneo de Toulon.

Entonces, “con los dedos en la puerta” mandaron al matadero a Rodrigo Parra, jovencito de 17 años que ha tenido su Waterloo en los dos partidos en los que ha participado.

Como “la gran solución” anunciaron con bombo y platillo la contratación de Keylor Navas, cuyas glorias, con sus 38 años a cuestas, han quedado atrás, traicionando así el espíritu que tantos dividendos dio al jugar con canteranos. Luego de una larga cadena de desatinos, ahogado al niño … quieren tapar el pozo.

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