El Mundial de Clubes de Boca Juniors será recordado por el hecho de no haber ganado un solo partido, o haber sido el único equipo del grupo en recibir un gol del modesto Auckland City. Más allá de eso, sin embargo, también quedará en el recuerdo el gran apoyo que tuvo el equipo xeneize en cada estadio en el que jugó y el poder su mítica barra, “La Doce”.

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Aún bajo la tormenta, como ocurrió en el partido ante el Auckland City, los cánticos de Boca sonaron con fuerza. Durante los 40 minutos que duró la interrupción del encuentro, la hinchada no dejó de cantar ni apoyar a su equipo, por más que en el camino se enteraran de la temprana eliminación.

Se sabe, sin embargo, que la hinchada argentina suele alentar sin importar el resultado. En la Bombonera de Buenos Aires, es común que cada que el equipo recibe gol los aficionados cantan más fuerte. Una especie de energía que indica que ahí estarán en las buenas, pero también en las malas.

En un torneo en el que muchos estadios estuvieron llenos a la mitad, los partidos de Boca destacaron por la presencia multitudinaria de sus aficionados. Muchos de ellos viajaron desde Argentina, pero muchos otros llegaron desde otras partes del mundo, como un fenómeno internacional.

¿Cuál es el origen de La Doce?

El término de “jugador número 12” en la actualidad es de dominio popular. Se utiliza para hacer referencia al poder que tiene la hinchada, como un integrante más del equipo. Dentro de la cancha son 11, pero afuera hay uno que suma como uno más.

Los orígenes de la barra del conjunto bostero se remontan a la década de los años veinte y en esas primeras giras por Europa. Según los relatos, Victoriano “Toto” Caffarena, uno de los primeros y más fervorosos hinchas de Boca, acompañó al equipo y su presencia fue fundamental en la organización de los demás aficionados. Esa cercanía motivó la referencia del jugador número 12, un término simbólico que ejemplificaba el apoyo al equipo.

Con los años, la hinchada se fue haciendo más numerosa y el nombre establece por completo. Hoy es conocido como uno de los grupos de animación más poderosos del mundo, pero también de los más pasionales.

La barra de Boca Juniors tiene su lado oscuro

Más allá de lo que supone la pasión y el aguante, la hinchada de Boca también tiene su parte polémica.

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Desde hace varias décadas ha sido vinculada con diversas actividades ilícitas, como lavado de dinero, reventa de entradas, extorsión y múltiples agresiones a la autoridad, incluso varios de sus líderes han sido encarcelados.