Las Vegas.- La ciudad del pecado no se resistió a la Selección Mexicana. El cuadro de Javier Aguirre arribó a Las Vegas con la mentalidad de sellar su pase como primer lugar del grupo A de la Copa Oro, pero también con el cariño de su gente en el lobby de su hotel de concentración.

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Un arribo diferente al de siempre fue el que se vivió en el centro de la ciudad, cuando el equipo de todos consiguió llegar a la sede de su próximo encuentro ante Costa Rica. México fue acariciado por su gente y resguardado del intenso calor en un sitio de lujo que no permitió que los presentes se acaloraran ante los más de 40 grados centígrados que se sintieron en el lugar.

Fue el propio hotel de concentración el que abrió su lobby para que los chicos y grandes aparecieran en el lugar. Todos acomodados y con una cinta de seguridad, aguardaron frescos el arribo del cuadro nacional.

De un segundo a otro, la seguridad se notó tranquila, no hubo a quien quitar de la entrada y los futbolistas pudieron descender del autobús que los trajo desde el aeropuerto internacional de Las Vegas, al sitio que considerarán como hogar por unos cuantos días.

Javier Aguirre y la selección firmaron autógrafos en Las Vegas

El Vasco Aguirre, como el líder del banquillo, fue el primero en descender de la unidad. Javier se sorprendió por un segundo cuando no vio a los paisanos en la calle, pero al ingresar, sonrió de inmediato cuando se le abalanzaron para conseguir una firma. El técnico se dejó querer, su carisma salió adelante para firmar cuanta playera, balón o papel tuvo cerca de él.

Después bajaron sus asistentes y fue Rafael Márquez el que se llevó todos los focos. El Káiser zamorano mostró entendimiento con la gente y decidió detenerse. Su semblante denotó concentración, pero alegría por ser considerado uno de los mejores de todos los tiempos. “Te amo Rafa”, se escuchó de una seguidora, mientras el próximo técnico nacional solamente levantó la mano.

Fue así que el desfile de jugadores comenzó. César Montes, Johan Vásquez, Efraín Álvarez, Orbelín Pineda y compañía, estuvieron cerca de las personas con autógrafos. Fueron los Jiménez, Raúl y Santi, los que se llevaron la tarde. Con unas gafas oscuras, el del AC Milán firmó un par y corrió hacia las habitaciones, mientras que el Lobo de Tepeji permaneció más con los presentes.

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Quiñones firmó una del Atlas

La fila se fue acortando con el resto de los seleccionados, hasta que uno solo quedó. Se trató de Julián Quiñones. El de origen colombiano fue apapachado por todos y hasta un pequeño se acercó con la playera del Atlas. El del Al-Qadisiya evitó polémicas y ahora sí firmó la remera de los rojinegros.

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Así fue que llegó el Tricolor, con el amor de su gente, el calor de Las Vegas y la encomienda de cerrar la etapa de grupos con un triunfo o un empate, que lo lleve a liderar el sector y continuar como el máximo aspirante al título de la Copa Oro 2025.