El sinaloense Eduardo Nuñez le dio a al boxeo mexicano un nuevo campeón mundial y lo hizo en condición de visitante al imponerse por decisión unánime (116-112, 115-113, 117-111), al local Masanori Rikiishi, conquistando el título de peso superpluma de la Federación Internacional de Boxeo que se encontraba vacante, dentro de la cartelera que se celebró en Yokohama.

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El mexicano llegaba a este combate con todas sus victorias ganadas por nocaut, y por primera vez salió con la mano en alto por la vía de los puntos, en un combate intenso en el que el Sugar demostró inteligencia, junto a su esquina encabezada por los Cochules, además de la gran preparación realizada al ejercer presión y conectar sólidas combinaciones al nipón, quien poco a poco se fue quedando en las cuerdas al resentir los sólidos impactos, pero demostrando al mismo tiempo valentía al aguantar de pie los doce frenéticos asaltos.

En duelo de guardias encontradas, no fue nada fácil para el oriundo de Jahuara, Sinaloa, después de un buen inicio para el peleador nipón al moverse por las cuatro esquinas, boxeando sobre piernas, y pintarle un crucigrama, al menos, al comienzo, pero el sinaloense fue inteligente y más allá de buscar un golpe de nocaut, lo que hizo fue trabajar de manera ordenada con sus combinaciones y distribuir su golpeo con ganchos y uppers, impulsándolo a la victoria en las tarjetas de los jueces.
La llave de la victoria la empezó a encontrar el sinaloense a partir del quinto asalto, al soltar combinaciones, abrumando a su rival a dos manos, incluso, cuando el nipón intentaba responder, el mexicano se quedaba adentro, sabiendo que era la pelea que buscaba.

El sexto capítulo resultó de toma y daca. Ya con el japonés también aceptando el intercambio, trabajando el mexicano adentro con ganchos y uppers, buscando los dos golpes de poder.
El sinaloense metía sólidos golpes, distribuyendo su golpeo. En el noveno lo llevó a una esquina y le asestó certeras combinaciones, con el japonés tratando de enconcharse.
En los últimos episodios de la contienda, el mexicano mantuvo la presión y conectó mucho más que el asiático, con fuertes impactos al rostro. Y metiendo también ganchos a la zona media del cuerpo.
Tras el último asalto y con el dominio del mexicano llegaron las puntuaciones que dieron como merecido ganador al Sugar. En un día que jamás olvidará al lograr el sueño que se trazó desde que inició como profesional en 2015.

Con esta victoria, el mexicano, de 27 años de edad, elevó su marca a 29-1, 28 nocauts. Mientras que Rikiishi se quedó en 16-2, 11 antes del límite.
Este resultado le permite al boxeo tricolor llegar a siete campeones mundiales en la actualidad, más un interino.
Con el Sugar Núñez ya como campeón en esta lista, también aparece Gilberto Ramírez (peso crucero WBO-WBA), Saúl Álvarez (peso supermediano indiscutido). William Zepeda (peso ligero interino WBC), Emanuel Navarrete (peso superpluma WBO), Rafael Espinoza (peso pluma WBO). Y Willibaldo García (peso supermosca IBF); el campeón en receso es el mexiquense Rey Vargas.

Eduardo Nuñez dedica su campeonato de peso superpluma de la FIB a todo México

Al término de la batalla, el sinaloense expresó su alegría por esta victoria, ya con el fajín de campeón mundial en su cintura.
“Muy contento, satisfecho con el trabajo que desempeñamos esta noche. Trabajamos por 10 años por este momento, gracias a Dios se llegó”, manifestó, acompañado por su equipo de trabajo.
También destacó la calidad de su rival, reconociéndolo su esfuerzo durante los doce intensos asaltos: “Felicito a mi rival, es un guerrero de verdad”.

Y desde Japón llegó el mensaje para todo México con gran emoción.
“Decirle a todo México que este campeonato es de todo México, saludos a Jahuara y a todo México”.
Al preguntarle qué seguiría en su carrera, ahora ya como monarca universal en las 130 libras avalado por la Federación Internacional de Boxeo. Respondió que “no sé qué vendría, vamos a platicar con mis promotores, gracias a mi equipo, gracias a Japón. Espero volver aquí pronto, un honor pelear aquí”.

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