21, diciembre 2024 - 10:00
Juan Celaya vivió de todo de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024
Si alguien le hubiera dicho a Juan Celaya que el 2024 terminaría con una medalla olímpica colgando de su cuello, tal vez no lo hubiera creído. Hace exactamente 12 meses, el clavadista no encontraba rumbo en el trampolín y el sueño parecía esfumarse, hasta que en el camino encontró a la entrenadora china Ma Jin, ahí cambió todo.
Convencido de su talento, Celaya puso la mira en los Juegos Olímpicos de París 2024 y con base en sus actuaciones fue ganando enteros para convertirse en la pareja de Osmar Olvera y pelear por una medalla olímpica en la prueba de sincronizados.
La pelea por un boleto a París 2024
Cuando faltaban unos meses para la gran cita, una buena actuación en la Serie Mundial lo afianzó como su pareja y entonces Juan tuvo que hacer frente a un exigente control técnico, en el cual compitió contra Rodrigo Diego, quien previamente había sido anunciado como su compañero. Celaya se aferró a la gran oportunidad de su vida y así firmó su boleto para los Juegos Olímpicos de París 2024.
“Mi momento más frustrante en estos tres años fue el no clasificar a ningún evento importante; Juegos Centroamericanos, Panamericanos, ningún evento olímpico en Campeonatos del Mundo, quedarme muy cerca de la medalla en un metro en Fukuoka, eso fue como lo más frustrante, fue como de ‘no voy a llegar, no va a pasar”, contó Celaya al ESTO, al regresar de París.
Tras el cuarto lugar en Tokio 2020, Juan Celaya se sabía con posibilidades de subir al podio. A su lado tenía a Osmar Olvera, la gran figura de los clavados mexicanos, una mezcla de talento que los potenciaba como una de las duplas favoritas. La gran incógnita radicaba en saber si el poco tiempo de entrenamiento, aproximadamente tres meses, sería suficiente para gestar una medalla olímpica.
Juan Celaya necesitó desarmarse y rehacerse de la mano de Ma Jin
La experiencia de la entrenadora Ma Jin y el compromiso de ambos clavadistas despejaron la incógnita. A pesar de que el estribillo, es decir, el inicio del clavado, era disparejo, la dupla logró presentar una lista de clavados sumamente competitiva y con el grado de dificultad necesario para pelearle de tú a tú a los chinos.
“Justo cuando entré con Ma Jin ya tenía un acercamiento con un entrenador chino en Monterrey, con Epifanio, lo trajo Ma Jin de China y sabía un poquito de la técnica china. Pero realmente llegué en blanco, en plan de estudiante, de aprender, de absorber todo lo que pudiera aprender con ella y desde la manera en que me paro, la manera en que respiro, cuando respiro, en qué momento aprieto las piernas, los tobillos para hacer el clavado, son cosas que yo antes no le ponía atención”, dijo.
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Osmar y Juan quedaron a nada del oro, incluso algunos consideraron que el jueceo les quitó de manera injusta el primer lugar. Lo cierto es que Olvera y Celaya se colgaron una presea de plata para la historia que los catapultó a la gloria.