Poco o nada se conoció de la vida de la diva del cine de oro mexicano, Silvia Pinal, ligada al deporte, sin embargo, la realidad es que siempre lo practicó a su manera y para encontrar la paz más allá de hacerlo con la finalidad de mantener la figura y cumplir con los requerimientos que su profesión lo exigía.

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Pinal tuvo una pasión por los deportes extremos, le encantaba la adrenalina. Incluso en una entrevista concedida hace unos años durante una entrega de reconocimiento a la periodista Cristina Pacheco (QEPD) reconoció que llegó a practicar paracaidismo. Una disciplina que le generaba tranquilidad.

“Yo también me aviento del paracaídas (como lo hizo en su momento su hija Alejandra Guzmán) y se siente precioso, no se siente nada. Es una paz, un silencio”, comentó en aquel entonces la primera actriz.

El ejercicio para mantenerse en forma por supuesto que también le acompañó a lo largo de su vida siempre y cuando su estado de salud y ánimo se lo permitían. No hay duda de que cuando fungió como primera dama en el estado de Tlaxcala como esposa del gobernador Tulio Hernández, incentivó la práctica del deporte.

Aunque la realidad es que como directora del DIF apostó más por promocionar la cultura, el teatro, por ejemplo, algo más ligado a su profesión, sin dejar de lado el apoyo para las familias vulnerables, siempre buscó el bienestar.

Silvia Pinal, aficionada a la Fiesta Brava

Aficionada a la fiesta brava, no hay duda que su estancia en Tlaxcala le hizo aumentar su cariño por la tauromaquia al tratarse de una entidad ciento por ciento taurina con plazas y ganaderías localizadas en ese estado mexicano.

Contrario a algunos famosos que solían ir nada más a la corrida de aniversario en La Plaza México, Silvia Pinal asistía a las presentaciones de Temporada Grande y cada vez que le era posible, si sus compromisos de trabajo se lo permitían, se le veía en su asiento de barrera del coso capitalino.

Silvia Pinal también era una asistente recurrente al estadio Azteca para presenciar los partidos del América gracias a su cercanía con el empresario Emilio Azcárraga Milmo, por lo que no hay dudas de que le tuvo cierto cariño a las Águilas como parte de su compromiso con el empresario.

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