Como ya es del conocimiento público, las autoridades (in) competentes de la FMF anunciaron una reestructura en cuanto a los hombres de negro se refiere. A partir de enero del 2025 entrará en funciones Juan Manuel Herrero, persona proba, como director general del arbitraje, convirtiéndose así, en el mandamás de los colegiados, lo que no me parece un asunto menor.

En un país sin memoria empecemos por recordar que, cuando el “mitómano” alto comisionado del balompié nacional tomo posesión, entre tantas de sus promesas afirmó que durante su gestión “se le daría autonomía e independencia al jueceo” ¡Sí, Chucha!, el novedoso organigrama me dice todo lo contrario. Lejos de dar un paso hacia adelante para otorgarles libertad absoluta, se trata de un paso hacia atrás para someterlos.

Ya quedó más que probado que la fórmula de traer “un civil” a dirigir los destinos de los Nazarenos no ha funcionado; antes, al contrario, el fracaso ha cubierto con su manto la gestión de dichos personajes.

O, al menos así lo demuestra la “docena trágica”, sí, esos 12 años en que: Aarón Padilla (QEPD), Héctor Mancilla y Héctor González Iñarritú comandaron a los jueces, quitándoles identidad y sumiéndolos en la peor crisis de su historia, de la que todavía vestigios quedan.

Es entonces cuando surge la pregunta ¿De dónde brota la idea de que ahora será distinto con don Juan Manuel? Digo, si pusieron agrónomo como director de Pemex, quizá de ahí provenga la iniciativa.

Además, contará con un “comité de evaluación arbitral” que será el encargado de calificar el desempeño de los silbantes jornada tras jornada. Dicho comité estará integrado por: un ex árbitro, un ex futbolista y un ex directivo, aun por designar; es decir, nadie sabe quiénes serán los elegidos, no será fácil; pero, deberán contar con un perfil impoluto en nuestro querido deporte.

Y es entonces cuando surgen otras dudas ¿Cómo van a calificar el desempeño de los árbitros un ex futbolista y un ex directivo?, ¿Con qué herramientas?, ¿Con qué experiencia?, ¿Con qué conocimientos?, ¿Bajo qué parámetros? Ahora resulta que “los patos les tiran a las escopetas”.

Todo esto sin mencionar que, tal y como lo cantó el filósofo de la canción vernácula, oriundo de Guanajuato, don José Alfredo Jiménez: el arbitraje es “Un Mundo Raro” y no cualquiera puede cruzar el pantano, así como lo describió el poeta mexicano Salvador Díaz Mirón, sin mancharse el plumaje.